Biotecnología, la apuesta de la industria azucarera

Biotecnología, la apuesta de la industria azucarera

Hay 5 millones de hectáreas aptas para el cultivo de caña de azúcar en el país, lo que permitirá aumentar la producción de etanol

DESTILERÍAS. El desarrollo de bioenergía puede potenciarse en la región.  DESTILERÍAS. El desarrollo de bioenergía puede potenciarse en la región.
19 Septiembre 2014
Si bien las perspectivas de la actividad azucarera mundial no prevén más que un 2% de crecimiento anual en el consumo para los próximos 10 años, el panorama para el etanol es mucho más prometedor. Se espera que la producción del biocombustible se incremente casi el 70% a nivel global y, para 2.022, se consuma un 28% de la producción mundial de caña de azúcar.

Entonces, si se siembran 2,4 millones de hectáreas de caña de azúcar adicionales a las existentes -apenas un 0,41% del área agrícola disponible en la Región Sur de América- se podría cubrir la necesidad de una mezcla del 90% de gasolina y un 10% de etanol para combustible, y aún de mayores porcentajes.

“Bioenergía es una excelente alternativa para el territorio y una temática que debemos llevar adelante”, dijo Alejandro Valeiro, coordinador del Programa Nacional Cultivos Industriales del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

Hay alrededor de 5 millones de hectáreas aptas para el cultivo de caña de azúcar en la Argentina, de acuerdo a un trabajo realizado por el Instituto de Clima y Agua del INTA Castelar, mediante la utilización de sistemas de información geográfica y herramientas de análisis espacial que permitieron considerar factores climáticos y edáficos, preservando a la vez las áreas ecológicamente sensibles.

Esto permitiría incrementar en forma exponencial la producción de etanol y otras energías y resguardar, al mismo tiempo, los bosques nativos, la biodiversidad y la seguridad alimentaria. Además, si este proceso se recreara en los países vecinos del Mercosur, se crearían 2,4 millones de plazas de trabajo, contribuyendo al mejoramiento del empleo y las condiciones de vida del sector rural. Para que esto se cumpla se deben dar las condiciones agroclimáticas y de mercado, además de que se realice la inversión necesaria en infraestructura.

Las áreas cañeras actuales y potenciales de Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay responden a una característica común que es su ubicación cercana al sur del trópico de Capricornio. También las asemejan la identidad cultural ligada a la caña y la industria del azúcar; los desafíos y problemas comunes que deben afrontar; el contexto de la creciente demanda por fuentes alternativas de energía; las escalas productivas similares; el acceso a la tecnología; entre otras cuestiones.

En esta región, el INTA fue la única institución de investigación y extensión con mandato territorial nacional que mantuvo e incrementó sus capacidades de innovación en caña de azúcar. Y, en este Seminario Internacional, logró ponerla a disposición de Latinoamérica para la llamada cooperación “sur-sur”.

En el INTA Famaillá y otras unidades de la Institución, tanto en Buenos Aires como en Salta, Jujuy y Córdoba, los técnicos abordan los diferentes aspectos relacionados al cultivo para lograr una mayor eficiencia de la producción en un marco de sostenibilidad ecológica y social. En esa línea, se trabaja en mejoramiento genético con los ensayos de comportamiento de futuras variedades en las provincias del NEA y NOA con la Red Caña. También, en las ventajas del uso de semilla saneada y un manejo integrado de las malezas. En sanidad, además, se evalúa el manejo y control de las principales enfermedades de la caña. Otras de las líneas de acción apuntan al uso eficiente de los insumos y recursos naturales.

Comentarios