Por Mariana Segura
18 Septiembre 2014
SIN PIEDAD. Rodrigo Mora marcó doblete en la noche del Monumental y se llevó todos los aplausos de los hinchas del "Millo". DYN
¿Que el peor resultado es el 2-0? Mmm... Los hinchas de River hoy se ríen de ese famoso refrán del fútbol. Su equipo se lo permite, claro, porque con ese sobrio doblete sobre Godoy Cruz reafirmó su rumbo imparable en la Copa Sudamericana, que de paso hace juego con el del torneo de casa, donde marcha puntero.
Otra vez fue una fiesta el “Monumental”. Y para la ocasión hubo un showman de lujo: el dueño del doblete, Rodrigo Mora. Con dos lindos goles, el uruguayo sentenció la historia en el primer tiempo; una historia que parecía terminada desde el mismo momento en que el “millonario” ganó la ida en Mendoza, con el grito de Germán Pezzella sobre la hora. ¿O acaso alguien en Núñez tuvo miedo que el pasaje de ronda se escape de las manos?
El “tomba” buscó, estaba obligado por ese gol de visitante del rubio defensor. Pero no hizo el suficiente mérito para lograr lo que hubiera sido una hazaña, sin duda. Y River también pudo haber estirado la ventaja, pudo haber goleado como en algunos partidos del torneo, pero cuando falló la puntería no se desesperó y soportó muy bien la ventaja de la seria que ya se había metido en el bolsillo.
El triunfo de River no es uno más en su impecable racha porque se trata de uno copero, que le permite seguir soñando para un día volver a conquistar el terreno internacional. Ayer dio un gran paso y ahora va por Libertad.
Otra vez fue una fiesta el “Monumental”. Y para la ocasión hubo un showman de lujo: el dueño del doblete, Rodrigo Mora. Con dos lindos goles, el uruguayo sentenció la historia en el primer tiempo; una historia que parecía terminada desde el mismo momento en que el “millonario” ganó la ida en Mendoza, con el grito de Germán Pezzella sobre la hora. ¿O acaso alguien en Núñez tuvo miedo que el pasaje de ronda se escape de las manos?
El “tomba” buscó, estaba obligado por ese gol de visitante del rubio defensor. Pero no hizo el suficiente mérito para lograr lo que hubiera sido una hazaña, sin duda. Y River también pudo haber estirado la ventaja, pudo haber goleado como en algunos partidos del torneo, pero cuando falló la puntería no se desesperó y soportó muy bien la ventaja de la seria que ya se había metido en el bolsillo.
El triunfo de River no es uno más en su impecable racha porque se trata de uno copero, que le permite seguir soñando para un día volver a conquistar el terreno internacional. Ayer dio un gran paso y ahora va por Libertad.
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