Un reclamo de Belgrano

Un reclamo de Belgrano

Remesas de equipos se demoraban en Tucumán

MANUEL BELGRANO. ESPUELAS DORADAS DE “VERMEILLE”, QUE USABA EL JEFE DEL EJÉRCITO DEL NORTE LA GACETA / ARCHIVO MANUEL BELGRANO. ESPUELAS DORADAS DE “VERMEILLE”, QUE USABA EL JEFE DEL EJÉRCITO DEL NORTE LA GACETA / ARCHIVO
Corría mayo de 1812. La correspondencia que el general Manuel Belgrano mantenía desde el campamento salteño de Campo Santo con el gobierno central –el Triunvirato- muestra los apuros que perturbaban su propósito de poner en condiciones al Ejército del Norte. Le indignaba, por ejemplo, que las remesas de equipos estuvieran detenidas en Tucumán.

En carta del día 6, decía que “si en alguna parte se necesita un oficial de juicio, probidad y entereza para mandar, es en Tucumán”. Esto porque “además de que está allí la interesante Fábrica de Fusiles, que con buena dirección debía haber presentado ya otros efectos, es el punto de mayores recursos para el ejército y donde todo debe caminar con la mayor celeridad”.

No ocurría así. “Actualmente me veo detenido, con perjuicio de la causa, por la dilación escandalosa que ha habido para remitirme la artillería, municiones y vestuarios que pedí luego que llegué a Yatasto”. Le dolía que, mientras tanto, “nuestros hermanos del Perú” se sacrificaran esperando la llegada del Ejército.

Esa falta, decía, “tal vez tiene su origen en que sea interesado el teniente gobernador en la tropa (de carretas) por sí, o por algún pariente, o por algún conocido: otro tanto me ha sucedido con el parque por los peones y boyadas”.

En síntesis, terminaba, “me hierve la sangre al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si las manos intermedias tuvieran un poco de interés por la Patria”. Ese mismo que “tienen por el aumento de los suyos, y por gozar de empleos y distinciones: esto exige remedio y no dudo que V.E. lo pondrá”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios