Desde 2009, la ruta 308 espera su reparación

Hubo civilizaciones en la antigüedad que entendieron la importancia del camino como vía de comunicación entre los pueblos, como una forma de extender la dominación en el caso de los conquistadores. “Todos los caminos conducen a Roma” es una añeja expresión que data de la época de los romanos. Durante el Imperio, estos construyeron una red vial de miles de kilómetros de extensión; todos los caminos llevaban a la capital. Otro tanto hicieron los incas en nuestro continente. Las naciones que consideran que el turismo contribuye a su desarrollo, saben que los caminos son fundamentales para promover la actividad. En Tucumán, pareciera que no nos hemos enterado.

Un ejemplo de los que afirmamos es la ruta N° 308, que constituye uno de los accesos a la provincia; el tramo de La Madrid con el límite de Santiago del Estero, una extensión aproximada de 28 kilómetros, se halla en pésimo estado. El transporte público dejó de funcionar en el año 2000; la empresa Posta fue la última empresa que prestó el servicio, según recuerdan los vecinos. Los habitantes de un pueblo y de 15 parajes (La Madrid, Las Ánimas, Chañar Pozo, El Quebracho, Dos Pozos, La Costa, El Bañadito, Barranca, La Tala Caída; La Esperanza, La Loma, Espinal, El Sesteadero, Palo Seco, Tres Pozos, Los Cercos y Árboles Grandes) emplean a diario esa ruta para ir a trabajar, a estudiar, para cobrar la jubilación, para hacer trámites en el correo, en el juzgado de paz o para ir a comprar las mercaderías del mes. Los que no tienen vehículos propios -la mayoría- debe hacer dedo.

En abril de 2009, las direcciones de Vialidad Nacional y Provincial anunciaron que en breve se iniciarían las obras de recuperación de esa ruta, desde Juan Bautista Alberdi. Desde entonces, transportistas rurales del sur tucumano cortaron en algunas oportunidades el tránsito para reclamar su urgente reparación.

En junio pasado, una docente de Árboles Grandes contó: “Nadie quiere venir hasta aquí por esta ruta. Los docentes que enseñan en la escuela 75 llegan pensando en solicitar en poco tiempo un traslado. Los sacerdotes también se quejan cuando tienen que venir a oficiar misa aquí”. Lo curioso es que cuando ingresa Santiago del Estero la ruta se halla en muy buen estado; el mérito, por cierto, es de nuestros vecinos.

Paradójicamente, el tucumano que vive en Alberdi, Aguilares, Concepción o Monteros, que desee ir a Las Termas, debe dirigirse primero a San Miguel de Tucumán y tomar luego la ruta N° 9. Del mismo modo, quien desde Santiago del Estero desea visitar la Feria de Simoca o el parque nacional Los Alisos, debe llegar por la 9 hasta nuestra capital y luego abordar la 38. Si este acceso estuviera en muy buenas condiciones se evitaría este largo rodeo y se beneficiaría tanto a los tucumanos como a nuestros visitantes.

Otras provincias argentinas (Mendoza, Córdoba, Salta) han entendido hace tiempo que no basta con tener paisajes bellos o sitios históricos y arqueológicos de importancia, si no hay caminos en condiciones ni infraestructura para acceder a ellos. Una política de Estado que promueva el turismo es indispensable para su desarrollo. Los romanos y los incas entendieron rápidamente la importancia de tener una buena red vial. La realidad indica que los distintos gobiernos tucumanos no han aprendido aún la lección.

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