Por “Pigu”, los mejores del golf del país competirán en Alpa Sumaj

La competencia solidaria que tiene al tucumano como centro ya está en marcha.

LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA LA GACETA / FOTO DE FRANCO VERA
17 Septiembre 2014
“Llegué de Paraguay el lunes, y no paré. Tuve muchos encuentros con amigos, visitas a la familia, atendí detalles de la organización del torneo y además debía hacerme un tiempo para ir al hospital de Niños, algo que tenía pendiente desde el año pasado y que no me quería perder esta vez.” “Pigu” ya venía con agenda cargada en la previa del “II Andrés Romero Invitational” en el campo Alpa Sumaj de Jockey Club. Y ayer la cuestión no hizo más que acelerarse. Porque desde que el alma mater llegó, todo fue una sucesión de imágenes. Lo habitual: saludos, besos y abrazos; fotos y autógrafos; reportajes y atención a llamados teléfónicos. Una secuencia que tendrá continuidad de seguro hasta el sábado, cuando la competencia termine.

De las “estrellas”, el primero en llegar fue el cordobés Eduardo Romero. “Ya ni me acuerdo la cantidad de veces que vine a Tucumán. Aquí siempre me siento bienvenido” dijo el bonachón “Gato”, amiguero de aquellos, que fue pasando de mesa en mesa charlando con todos. Minutos después llegó Ángel Cabrera y todos hicieron foco en él. “El Pato” saludó con una sonrisa permanente. Se lo notaba de buen humor por volver a ver gente que él estima. “Siempre me siento bien en Tucumán, vengo desde 1990, son muchos años y amigos, me quieren y los quiero. A la familia Romero sobre todo: es muy especial, no sólo por el ‘Pigu’. Yo la conozco desde antes de su aparición, hice amistad con su papá. Voy a la casa de él a dormir y su mamá me hace empanadas. Andrés se pone celoso, le dijo ‘las hacés sólo cuando él viene’. Jaja. ¡Hasta tengo habitación propia!”, dijo feliz el cordobés, ganador de dos majors del PGA Tour.

Casi tímidamente asomó Marcelo “El Chelo” Delgado. Gentil, el ex futbolista se sentó a una mesa y pidió algo para comer y beber, justamente al lado de Andrés Romero. No muy lejos, se dejó ver Salvador Durán, mexicano, ex corredor de autos. Y mientras pasaban los minutos, la duda. ¿Llegaría Gabriel Batistuta? “Ya está en camino” dijo por micrófono Pedro Caram, de prensa de Jockey Club, mientras efectuaba los sorteos de salida del Pro-Am con que empezó ayer el programa de actividades.

Y “Bati” casi no llega. Arribó tarde por una demora en la llegada del vuelo privado que lo trajo a Tucumán desde su natal Reconquista. Por él se frenó el comienzo del Pro-Am. Saludó, entró al vestuario, se cambió y salió a jugar. No habló con nadie, sólo con sus compañeros de ruta.

Final, para el anfitrión y su reflexión del antes, el durante y el después. “Hacer este torneo nos lleva mucho tiempo y es algo que no nos sobra. Pero la satisfacción es ver al final que las cosas salen bien, que la gente lo disfruta y que se cumple el fin solidario. Estamos agradecidos con quienes nos apoyan. Queremos que esto mejore año a año, que los auspiciantes apoyen, que se difunda esto en todos lados, que los invitados vuelvan. En definitiva, que este sea el mejor torneo de la Argentina, o uno de los mejores.”

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