Por Miguel Eduardo Décima
15 Septiembre 2014
SIN SOCIOS. Albano Becica es la única usina generadora que tiene San Martín. Carece de una compañia adecuada.
No es una casualidad que San Martín sólo haya podido rescatar el 33 % de los puntos que disputó en este atípico. Es una causalidad de los pobres desempeños que el equipo de La Ciudadela mostró en estos 360 minutos de juego que dejaron más dudas que certeza sobre el futuro.
En un partido donde estaba obligado a rescatar los tres puntos en juego para empezar a borrar rápidamente las derrotas ante Zapla y Unión Aconquija, el equipo que dirige Osvaldo Bernasconi volvió a mostrar una llamativa falta de espíritu para conseguir el resultado que necesitaban.
El 1-1 con que terminó el partido contra Juventud Antoniana, fue un castigo para la apatía futbolística de un equipo que, a pesar de las variantes que introdujo el técnico, acentúo el mal momento futbolístico que atraviesa. Esto motivó una clara reprobación por parte de la parcialidad “santa”, al final del espectáculo.
Fue tan deslucido el trabajo de los “albirrojos” en este encuentro, que sólo se puede rescatar esa obra maestra de Albano Becica que, a los 16 minutos de la primera etapa, de tiro libre, estableció el 1-0. Esta situación ilusionó a los hinchas, pero con el correr de los minutos, esta sensación chocó con la falta de ideas de un conjunto que no encuentra la brújula.
A pesar de las modificaciomes que San Martín muestra en su plantilla respecto a la temporada pasada, sigue siendo Becica dependiente. Es que su juego depende en demasía de lo que pueda aportar el cordobés. Un argumento escaso para un equipo que pretenda revalidar su chapa de candidato.
Los salteños con el argumento de ser ordenados de mitad de cancha hacia atrás y aprovechar esa infracción de Franco Zambrano sobre Gustavo Balvorín, se llevaron un punto con sabor a triunfo.
El futuro “santo” es incierto, porque el técnico no encuentra las respuestas esperadas en los jugadores y eso es preocupante. El margen de error se achica y el equipo no reacciona.
En un partido donde estaba obligado a rescatar los tres puntos en juego para empezar a borrar rápidamente las derrotas ante Zapla y Unión Aconquija, el equipo que dirige Osvaldo Bernasconi volvió a mostrar una llamativa falta de espíritu para conseguir el resultado que necesitaban.
El 1-1 con que terminó el partido contra Juventud Antoniana, fue un castigo para la apatía futbolística de un equipo que, a pesar de las variantes que introdujo el técnico, acentúo el mal momento futbolístico que atraviesa. Esto motivó una clara reprobación por parte de la parcialidad “santa”, al final del espectáculo.
Fue tan deslucido el trabajo de los “albirrojos” en este encuentro, que sólo se puede rescatar esa obra maestra de Albano Becica que, a los 16 minutos de la primera etapa, de tiro libre, estableció el 1-0. Esta situación ilusionó a los hinchas, pero con el correr de los minutos, esta sensación chocó con la falta de ideas de un conjunto que no encuentra la brújula.
A pesar de las modificaciomes que San Martín muestra en su plantilla respecto a la temporada pasada, sigue siendo Becica dependiente. Es que su juego depende en demasía de lo que pueda aportar el cordobés. Un argumento escaso para un equipo que pretenda revalidar su chapa de candidato.
Los salteños con el argumento de ser ordenados de mitad de cancha hacia atrás y aprovechar esa infracción de Franco Zambrano sobre Gustavo Balvorín, se llevaron un punto con sabor a triunfo.
El futuro “santo” es incierto, porque el técnico no encuentra las respuestas esperadas en los jugadores y eso es preocupante. El margen de error se achica y el equipo no reacciona.
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