La Ley de Abastecimiento “no es intervención, sino regulación estatal”

La Ley de Abastecimiento “no es intervención, sino regulación estatal”

Según una consultora, el Gobierno sigue en el camino de aplicar más intervencionismo. Vía libre a la fijación de precios Kicillof sostuvo que la norma se impulsa para defender a los consumidores de los abusos de las empresas.

PEDIDOS SIN RESPUESTA. “Hay que reforzar y modernizar la intervención del Estado en este tipo de reclamos”, señaló el ministro de Economía.  reuters PEDIDOS SIN RESPUESTA. “Hay que reforzar y modernizar la intervención del Estado en este tipo de reclamos”, señaló el ministro de Economía. reuters
15 Septiembre 2014
El ministro de Economía, Axel Kicillof, rechazó los argumentos del arco empresario sobre el proyecto de reforma de la ley de Abastecimiento, al replicar que “esto no es intervencionismo estatal” sino “regulación del Estado” en defensa de los consumidores contra las grandes empresas que tienen “impunidad” y se abusan de los usuarios. Según Kicillof, el Estado “defiende a la gente de a pie contra las grandes corporaciones, que tienen muchos más recursos pero que lo quieren gastar en propagandas y en lobbies contra las leyes”, aseveró. En ese marco, dijo que el contenido del paquete de leyes enviado al Congreso “es la defensa del consumidor contra el abuso de las empresas que tienen posición monopólica u oligopólica, que tienen impunidad para abusarse del consumidor”.

Kicillof criticó a las entidades empresarias porque “convirtieron todo esto en una lucha contra el intervencionismo del Estado”, y las exhortó a que “hablen con todas las palabras” y “digan lo que piensan”, que es que “no quieren” responder al consumidor cuando tiene problemas “con el celular, con el cable, o con un electrodoméstico” porque “no quieren reponer, no quieren indemnizar”, consigna la agencia DyN. En declaraciones a radio Nacional Rock, el ministro calificó de “maniobra comunicacional absolutamente perversa” la postura empresarial en contra del proyecto que se tratará esta semana en el Congreso. Además, alegó que las herramientas vigentes fueron insuficientes para cumplir con la defensa del consumidor, al quejarse de que las grandes empresas no atienden los reclamos de los usuarios. Al respecto, dijo: “hay que reforzar y modernizar la intervención del Estado en este tipo de reclamos. No puede ser que se escapen siempre”. También cuestionó que cuando el Estado les quiere aplicar una sanción “le judicializan también la multa”. El ministro advirtió que con la ley que impulsa el Gobierno nacional los empresarios no podrán hacerse más los distraídos.

Los problemas de oferta

Por otro lado, y según la consultora Economía & Regiones (E&R), la reforma de la Ley de Abastecimiento es la respuesta intervencionista para solucionar los problemas de oferta que tiene el Gobierno.

El artículo 2 del proyecto de reforma de dicha ley dice: “a) Establecer para cualquier etapa del proceso económico márgenes de utilidad, precios de referencia, niveles máximos y mínimos de precios o todas o algunas de estas; b) dictar normas que rijan la comercialización, intermediación, distribución y/o producción; c) disponer la continuidad en la producción, industrialización, comercialización, transporte, distribución o prestación de servicios, como así también en la fabricación de determinados productos dentro de niveles o cuotas mínimas que estableciere la autoridad de aplicación.

En resumidas cuentas -agrega el informe de E&R-, el proyecto le otorga la potestad al Gobierno nacional de fijar precios y cantidades en cada uno de los tramos y en todos los sectores de la actividad económica.

El Estado no tiene capacidad ni es eficiente para intervenir en las decisiones de producción de las empresas, ya que es incapaz de captar y manejar información relevante porque:

• Resulta imposible que el órgano de intervención asimile conscientemente el enorme volumen de información práctica diseminada en las mentes de los seres humanos.

• El planificador central es incapaz de adquirir el conocimiento “tácito”. En este sentido el conocimiento tácito se caracteriza por ser no articulable ni transferible, lo que implica que no puede ser formalizado ni explícitamente transmitido al gobierno en su rol de planificador central.

• La constante interacción de los agentes económicos en las relaciones de producción hace que continuamente se esté creando y descubriendo nueva información. Por ende, difícilmente se podría transmitir al órgano director información o conocimiento que aún no se generó.

• A medida que se consolida el proceso de intervención, se obstaculiza la libre persecución de los fines individuales, lo que entorpece la generación de nueva información. De modo que el órgano planificador se encuentra ante el dilema de que si decide intervenir coactivamente en el proceso, destruye la capacidad creadora de información, y si no interviene, tampoco obtiene información alguna.

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