De la comodidad de la mayoría a la precisión del relojero

De la comodidad de la mayoría a la precisión del relojero

En el alperovichismo se habla de que las elecciones del año que viene van a ser muy duras. La tensión por la sucesión aumenta en las huestes oficialistas. El radical Cano dialoga con el PRO y con el massismo.

De la comodidad de la mayoría a la precisión del relojero
Durante los últimos 10 años los hombres y mujeres que manejan el Gobierno vienen disfrutando como si fueran protagonistas de una fiesta. La música que bailan es la comodidad de la mayoría absoluta que les ha otorgado la sociedad. El reflejo de estos excesos es que la calidad institucional y el respeto por las leyes vigentes se derriten como un helado en plena siesta del verano tucumano.

El tema no se discute y todos bailan a ese ritmo. Es la melodía justa para la mentira.

Esta semana que se fue un funcionario del gobierno alperovichista, José Luis Ruiz, cruzó el Rubicón y se sentó a la derecha del intendente Domingo Amaya. Tras el acto de bienvenida, el neoamayista dijo que en la Casa de Gobierno se ocultaban datos estadísticos. Sus palabras desataron un intercambio de acusaciones. Lo verdaderamente lamentable es que los ciudadanos se enteran de que se tapan datos bastante tarde, cuando conocer la verdad ya no alcanzaría para enderezar rumbos. ¿Por qué no se hizo antes? Si, por el contrario, es mentira que se falsearon datos, ¿para qué sembrar la duda y enlodar gestiones?

El ciudadano común tendrá que conformarse con creerle a quien le caiga más simpático, porque, sea cual fuere la verdad, en algún momento alguien le mintió a la sociedad. Los políticos han creado una categoría: la mentira útil. Para no romper pactos, ilusiones y comodidades, recurren a no decirlo todo.

Contar verdaderamente el manejo de las finanzas de la Legislatura provincial y explicar cómo se distribuyen los fondos y las inequidades que existen por pertenecer o no al oficialismo es otro ejemplo de cómo el pueblo no puede saber de qué se trata y debe conformarse con la mentira de turno.

Esta semana ha ocurrido algo muy parecido con el informe universitario que dio a conocer Florencio Aceñolaza sobre cuestiones referidas a Yacimientos de Aguas de Dionisio (YMAD). Este funcionario estuvo cuatro años como director de esa institución y también fue secretario de la UNT. La propia rectora lleva cuatro años como vice y antes fue miembro del Consejo Superior de la institución. Por lo tanto, nadie debería sorprenderse por el estallido de estas denuncias. La pregunta, de nuevo, es si existía esto antes ¿por qué estalla ahora? Cuando la verdad lleva una intención determinada, se le empiezan a ver las patas a la mentira.

En las cuestiones públicas los únicos beneficiados son los que esgrimen y ponen esta música y los principales damnificados son los ciudadanos que se quedan al borde de la pista sin bailar.

El globo rojo

Por lo general, las verdades que motorizan las principales acciones tienen demasiados diques y no llegan a hablarse delante de cualquiera en la vida pública. En los últimos días, el gobernador se preocupó especialmente por advertirles a los “sijosesistas” que los comicios del año que viene van a ser muy duros. “Chocolate por la noticia”, podría decir más de un opositor, pero es un dato fuerte porque no es común oír estas confesiones y porque, además, será la primera elección en la que la posibilidad de perder es barajada por el oficialismo. Hay otros sustos: también por primera vez hay encuestas que muestran en el podio de las preocupaciones a la inflación. La desocupación ha cedido sus lugares no porque le dé la razón a Alperovich o a Ruiz sino porque el costo de la vida diaria ha salido a dar un paseo en globo.

El dato que llega al despacho principal del palacio de San Martín y 25 de Mayo se encuentra envuelto en la red nacional. A comienzos de la semana, varios enviados “sijosesistas” volvieron de Buenos Aires con la advertencia de que Córdoba y Mendoza tienen luces amarillas encendidas que no serán fáciles de apagar hasta fin de año. En la misma lista le siguen Buenos Aires y Santa Fe, cuyos problemas económicos no son menores. Alperovich tendrá que demostrar en los últimos meses de su Gobierno si dijo la verdad o no cuando pregonaba sobre los fondos anticíclicos y sobre los ahorros para evitar cataclismos preanunciados. Después de los comicios la gobernabilidad no será la misma: “las verdades no tendrán complejos y las mentiras van a parecer mentiras”, como diría Joaquín Sabina. No va a haber una Legislatura monocolor y las encuestas aseguran una división política casi en partes iguales. Motivados por estos guarismos, los “sijosesistas” han puesto en marcha todas las ambulancias posibles y andan levantando heridos. Osvaldo Jaldo se ocupa de los del interior y el doble ministro Jorge Gassenbauer trata de amontonar a los más que puede en el vehículo que recorre la capital. “¿Ahora vienen a buscarnos? Ustedes comieron bien durante estos años. Vamos a tener que arreglar muy bien, de lo contrario el año que viene, en la Legislatura, van a llover pedidos de investigación”, cuentan que dijo un dolorido ex legislador. Parece que Alperovich no miente cuando dice que los comicios que vienen van a ser duros.

Piezas de precisión

Para tener problemas de gobernabilidad, primero hay que solucionar los que se plantean para llegar a la gobernación. Alperovich deberá tener la precisión del relojero y tendrá que acomodar pieza por pieza para que no se le descomponga la maquinaria.

Durante estos días Juan Manzur se paró ante las cámaras de televisión y dijo que va a ser candidato a gobernador. Fue una noticia de alivio para la mesa chica de “el hombre que inventó Alperovich”. Sisto Terán, Roque Álvarez, Fernando Juri y Juan Antonio Ruiz Olivares celebraron que el ministro de Salud haya despertado de su larguísima siesta electoral. Habrá que ver si empieza a vérselo más seguido en Tucumán.

La decisión de Manzur fue una tempestad para el velero de José López. El secretario de Obras Públicas de la Nación va a tener que ponerle más arroz a sus paellas si no quiere perder el terreno que había ganado hasta ahora.

Con este lanzamiento han quedado en el campo de batalla algunos contendientes irreconciliables.

Alperovich hasta ahora ha venido especulando con la designación de su heredero. Pero, con el transcurso de los días, se está volviendo más complicado. Por eso cuando decida darle lugares de privilegio a Osvaldo Jaldo, que coquetea con Beatriz Rojkés, se vuelve imprevisible cuál será la reacción de Ruiz Olivares y de sus acólitos. O, si por el contrario, Manzur recibe alguna bendición ¿cómo caminarán de la mano Rojkés y Juri? Hay piezas que sólo calzan de una forma y exigen de gran precisión para que no salten todos los resortes.

Por eso más de un peronista se quedó paralizado cuando se enteró de que el gobernador tiene muchas ganas de promover la candidatura de Pablo Yedlin para la intendencia de la Capital. El relojero, por ahora, prueba, pero las tensiones entre las huestes aumentan.

El otro

El intendente Domingo Amaya también se sinceró y confirmó a quien le preguntara que será candidato a gobernador en 2015. Los próximos días dejará ver su estrategia. Hasta ahora, sólo ha querido mostrarse diferente de Alperovich. Pero no alcanza. Como es el tiempo en que todos hablan con todos, el lord mayor que ya se mostró con Daniel Scioli no tuvo empacho de mandar un emisario con mensajes personales para José Manuel de la Sota. Sin embargo, esquivó a Sergio Massa.

Operativo blindaje

El radical José Cano recibió la habilitación de su partido para que las alianzas provinciales no tengan, necesariamente, su correlato nacional. Cano es el candidato de la oposición. Sus principales adláteres se han convertido en orfebres de un blindaje político que se cuece en la fragua de las oficinas de Corrientes al 300. Curiosamente, el sistema de acoples, que tanto champán le hizo descorchar al alperovichismo, se ha vuelto una herramienta vital para Cano. Así, él podrá convertirse en candidato a gobernador y muchos otros del color y de la ideología que sean irán por abajo sin perder sus identidades partidarias.

Por eso ya nadie se sorprende con escenas como la vista en un café con nombre de apellido en Yerba Buena. Allí Cano se reunió con un ruralista respetado en el PRO. En la mesa quedaron desparramadas algunas cartas. Una de ellas es el enojo con Mauricio Macri por su desprolijo manejo de las candidaturas tucumanas. Es un mal trago que deja su regusto y se sigue discutiendo. La otra, permite ver que Cano está dispuesto a dejar entrar a su redil al PRO siempre y cuando los condicionamientos de candidaturas se diluyan en acuerdos.

Horas después, en la otra punta de la ciudad, los massistas convertían a un hotel frente del parque en su búnker. Allí lo llamaban a Cano para dialogar. La prudencia política hizo que evitara fotos. Pareciera que aún no es el momento de congelar el tiempo con fotos que después sirven para grandes operaciones. Por eso Juan José Álvarez (operador privilegiado de Massa) dejó el búnker massista, cruzó calle Guatemala, llegó al otro hotel y tuvo una intensa charla con el radical que marcha primero en las encuestas de oficialistas y de opositores. Lo que no se sabe es si quedó convencido de que su vicegobernador ideal debe ser un peronista.

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