El festival en el que todos querían estar en Monteros

El festival en el que todos querían estar en Monteros

Los mejores folcloristas, conjuntos, dúos, solistas, bailarines y ballet del país actuaron en las 48 ediciones del festival más jerarquizado del NOA

SERGIO GALLEGUILLO. En el escenario Antonio José Acosta, creado en 1988. SERGIO GALLEGUILLO. En el escenario Antonio José Acosta, creado en 1988.

El viento se detiene frente a un estallido. El anuncio, que hará historia a partir de ese miércoles, 17 de noviembre de 1965, atrona en el ámbito del club Ñuñorco... Aquí, Monteros de la Patria... Fortaleza del Folklore Nacional.

“Para presentarse en Monteros los artistas se comprometían, por contrato, a no actuar en la provincia tres meses antes o tres meses después de la fecha de realización del festival”, afirmó Edgardo Sánchez Tello, integrante de la primera comisión organizadora del festival y también encargado de contratar a los artistas junto a Luis Núñez y Alberto Coronel Paz.

El escenario
Oscar “Pelusa” Rodríguez
, recordó la activa participación de los monterizos no solo en la organización sino en la atención y también en el trato a los folcloristas. ”La maqueta del primero al tercer escenario y también del pórtico de acceso al festival fue diseñada por Salvador Castellano. El era un señor que trabajaba en la municipalidad monteriza. Al respecto cabe recordar que las seis primeras ediciones se efectuaron en el club Ñuñorco, pero después comenzaron a llevarse a cabo en dependencias del gimnasio municipal, luego complejo.

Otra curiosidad era la capacidad de ahorro de los habitantes monterizos, que se sacrificaban durante el año para poder juntar dinero y participar del festival desde los kioscos.

Los enamorados
El lugar de encuentro de los enamorados era el festival. Una hermosa manera de encontrarse era en las populares o en los palcos. Por lo general la novia estaba afectada a la atención de los folcloristas que los visitaban. “Asimismo era otra forma de acercarse a las chicas acompañándolas en sus paseos con los artistas. Era también característico de Monteros que los múisicos se mezclaran entre la gente y conversaran con ellos. El varón que se involucraba en esa tarea jugaba con la fantasía de hacerse pasar por amigo del artista al cual acompañaba”, explicó con cierto desparpajo el contador Rubén Andrés Curi

Curi también se explayó respecto a las entradas. “Por lo general se vendían con anticipación y durante cada día del evento. En la octava edición nos quedamos sin localidades. Pero a pesar de toda la onda que había en la gente nadie le esquivaba al bulto y abonaban todos, sin excepción”, recordó el monterizo.

“El festival contó siempre con una cartelera de jerarquía. Aunque en los últimos tiempos no vivieran las grandes estrellas, siempre haya por lo menos artistas de renombres en cada velada. Creo que este año ya está asegurada la presencia de Soledad Pastoruti. También se habla del Chaqueño Palavecino, pero es un rumor. Lo otro está confirmado”, subrayó María Elena Córdoba, anticipando la cartelera del próximo encuentro.

ENTRE GUITARRAS, BOMBOS Y VIOLINES

TRASCENDENCIA.- Era tanto el prestigio que alcanzó el festival de Monteros, que los residentes de este municipio tucumano en Tierra del Fuego, enviaron a la renombrada folclorista Leda Soto, a participar de la XXIII° edición.

DOMA Y DESFILE.- El sábado 22 de octubre hubo un festival de doma y destreza criolla por la tarde. Y, desde las 20, en la plaza Bernabé Aráoz se realizó una boda campestre y a continuación hubo un desfile de agrupaciones gauchas de Monteros, Famaillá, Concepción y Río Colorado, que fue muy aplaudido por el público.

TRES AÑOS.- La primera comisión organizadora del festival duró tres años. Renunció en 1968 al asumir como intendente de Monteros Carlos Nuñez. Ese año sumió Julio Olarte como presidente.

SIN FESTIVAL.- En 1977, durante el gobierno militar, la comisión organizadora se reunió con el intendente de facto Julio Mancera para coordinar el evento. El funcionario no autorizó el festival, y ese fue el único año que no se llevó a cabo.

EL SOLDADO.- El Soldado Chamamé -Albino Rojas Martínez- fue un fenómeno a fines de los 60 y a principios de los 70. Flacucho, morocho y orejudo, hacía reír hasta los más ácidos con sus ocurrencias. Después se dedicó a la bebida y al nomadismo. En Monteros hizo furor, pero hoy quedó en el olvido.

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