07 Septiembre 2014
INVESTIGACIÓN
EL RECHAZO MUNDIAL A LOS JUDIOS
DANIEL MUCHNIK
(Ariel – Buenos Aires)
Sartre decía que si los judíos no existieran, los nazis los hubieran inventado. Y Einstein, que resulta más fácil disolver un átomo que un prejuicio. Daniel Muchnik, escritor prudente a la hora de adjetivar, sustantiva minuciosamente en descripciones históricas un relato de acontecimientos puntuales. Elige el término “rechazo” como precedente de una instalación prejuiciosa irreversible. Se vale de los comportamientos sociopolíticos, tanto europeos como americanos, donde las oportunidades de salvar vidas fueron negadas con argumentos de simplicidad absurda sólo explicables por el profundo rechazo, más primario que cualquier elucubración política tendiente a justificarlo.
La mención del encuentro en la ciudad francesa de Evian-les-Bains en julio de 1938, con representantes de 32 países, organizado por el presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt, puso en evidencia el peor antisemitismo por la vía de la indiferencia y las excusas. No se trataba de matar sino de dejar morir. El autor describe con detalle, junto a comportamientos racistas encubiertos de varios países americanos, el papel de los gobiernos argentinos antes y durante la Segunda Guerra Mundial, viciados de prejuicios, con nombres sorprendentes de la cultura apoyando el odio contra judíos y extranjeros. También el desempeño fascista, tanto de derecha como de izquierda, hace destacar la imposibilidad de avance de la democracia frente a modelos donde triunfa, en versión criolla, el culto estalinista de la personalidad.
La anatomía del prejuicio en su faz interna más específica no agota el propósito del autor y es tema para futuras reflexiones, ya que la construcción del odio precede en ocasiones al objeto odiado. Los últimos capítulos se dedican a la guerra después de la guerra y a la condición humana que completa la visión filosófica del autor sobre el tema.
© LA GACETA
Osvaldo Aiziczon
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