Por LA GACETA
04 Septiembre 2014
Hay sociedades que tratan permanentemente de hallar soluciones a sus problemas. Tal vez como ello implica demasiado esfuerzo, otras se inclinan por ponerles parches para seguir adelante de cualquier manera y cuando estos se deterioran o se parten, se aplican otros y así sucesivamente, de manera que se está ante lo que se denomina un problema crónico. En los últimos lustros, esta improvisación que nos caracteriza a los argentinos se ha trasladado a las obras públicas. Por ejemplo, se suelen inaugurar barrios a medio terminar (sin pisos, sanitarios, revoque), avenidas sin iluminación o rutas sin señalizaciones. Ello genera inconvenientes a los destinatarios, y puede llegar a causarles la muerte.
En la avenida del Bicentenario, que une la nueva ruta nacional 38 con Concepción, se produjo hace dos años un accidente, en el que perdió la vida un joven de 22 años que regresaba de noche en motociclista por esa vía a La Madrid, al encarar una peligrosa curva. El hecho sucedió el 24 de agosto de 2012.
La avenida tiene una extensión de unos tres kilómetros. Se han producido desde entonces varios accidentes como consecuencia de la desmedida velocidad, la imprudencia y las picadas, que se repiten casi a diario en la nocturnidad, según el testimonio de vecinos que viven en un barrio cercano. En toda la extensión de la avenida no hay señalización ni banquinas asfaltadas. En las rotondas que marcan su inicio y su final, los conductores no respetan la prioridad de aquel que circula en esa estructura vial. La oscuridad ampara los episodios delictivos. “Si vas muy despacio, de noche, te asaltan. El peor lugar es cerca del puente que tenés que atravesar para ir a La Madrid. Ahí siempre ocurren robos”, afirmó un vecino.
Concejales radicales habían planteado a través de una ordenanza la necesidad de iluminar la avenida para evitar la inseguridad vial. Mientras que el intendente de Concepción aseguró que “desde 2011 vengo pidiendo la obra de iluminación porque es una zona insegura, ya que no hay casas en los alrededores”. Le comentó a nuestro diario que presentó el proyecto ante la Nación, pero por distintas cuestiones burocráticas, se halla demorado. Se contempla la instalación de más de 300 columnas a lo largo de los casi tres kilómetros de la avenida. El funcionario señaló que en noviembre se hallarán en condiciones de ser habilitadas todas las obras en el ingreso a Concepción. Se transformará la antigua ruta 38 en una avenida de seis carriles, se semaforizarán los puntos más peligrosos.
Hace más de dos años, se inauguró la avenida del Bicentenario sin señalización e iluminación. Desde entonces se produjo la muerte de un joven y varios accidentes. ¿Cuál fue el apuro en habilitarla? ¿Por qué no esperar a que estuviera totalmente lista? Si el municipio no podía hacer nada luego de la tragedia mortal, ¿por qué no clausurarla hasta nuevo aviso? Si la vía es empleada habitualmente para hacer picadas, ¿por qué no se implementan controles en forma constante? Si se tienen noticias de hechos delictivos, ¿por qué la Policía no se ocupa del asunto?
Las palabras y las justificaciones no sirven para devolverle la vida a un muerto. Se supone que, tras un episodio trágico, se hará todo lo posible para volver a evitarlo, corrigiendo los errores cometidos, pero la realidad muestra que lamentablemente no es así.
En la avenida del Bicentenario, que une la nueva ruta nacional 38 con Concepción, se produjo hace dos años un accidente, en el que perdió la vida un joven de 22 años que regresaba de noche en motociclista por esa vía a La Madrid, al encarar una peligrosa curva. El hecho sucedió el 24 de agosto de 2012.
La avenida tiene una extensión de unos tres kilómetros. Se han producido desde entonces varios accidentes como consecuencia de la desmedida velocidad, la imprudencia y las picadas, que se repiten casi a diario en la nocturnidad, según el testimonio de vecinos que viven en un barrio cercano. En toda la extensión de la avenida no hay señalización ni banquinas asfaltadas. En las rotondas que marcan su inicio y su final, los conductores no respetan la prioridad de aquel que circula en esa estructura vial. La oscuridad ampara los episodios delictivos. “Si vas muy despacio, de noche, te asaltan. El peor lugar es cerca del puente que tenés que atravesar para ir a La Madrid. Ahí siempre ocurren robos”, afirmó un vecino.
Concejales radicales habían planteado a través de una ordenanza la necesidad de iluminar la avenida para evitar la inseguridad vial. Mientras que el intendente de Concepción aseguró que “desde 2011 vengo pidiendo la obra de iluminación porque es una zona insegura, ya que no hay casas en los alrededores”. Le comentó a nuestro diario que presentó el proyecto ante la Nación, pero por distintas cuestiones burocráticas, se halla demorado. Se contempla la instalación de más de 300 columnas a lo largo de los casi tres kilómetros de la avenida. El funcionario señaló que en noviembre se hallarán en condiciones de ser habilitadas todas las obras en el ingreso a Concepción. Se transformará la antigua ruta 38 en una avenida de seis carriles, se semaforizarán los puntos más peligrosos.
Hace más de dos años, se inauguró la avenida del Bicentenario sin señalización e iluminación. Desde entonces se produjo la muerte de un joven y varios accidentes. ¿Cuál fue el apuro en habilitarla? ¿Por qué no esperar a que estuviera totalmente lista? Si el municipio no podía hacer nada luego de la tragedia mortal, ¿por qué no clausurarla hasta nuevo aviso? Si la vía es empleada habitualmente para hacer picadas, ¿por qué no se implementan controles en forma constante? Si se tienen noticias de hechos delictivos, ¿por qué la Policía no se ocupa del asunto?
Las palabras y las justificaciones no sirven para devolverle la vida a un muerto. Se supone que, tras un episodio trágico, se hará todo lo posible para volver a evitarlo, corrigiendo los errores cometidos, pero la realidad muestra que lamentablemente no es así.
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