Robaron figuras de la Virgen y de San Expedito

Robaron figuras de la Virgen y de San Expedito

Robaron figuras de la Virgen y de San Expedito
03 Septiembre 2014
Cada vez que pasan por la esquina de Amador Lucero y Lavalle, los vecinos -particularmente los adultos mayores- se detienen frente a la gruta. Mientras sostienen la bolsa que traen del almacén con una mano, se persignan con la otra. Tienen tan arraigado el hábito, que ayer lo repetían con naturalidad, pese a que las imágenes religiosas ya no estaban en su lugar.

“Me vienen ganas de llorar cuando veo lo que han hecho”, afirmó Teresa de Max, parada frente a la gruta vacía y con los vidrios rotos. Ayer a la madrugada, delincuentes se llevaron las imágenes de la Virgen del Valle, de Santa Rita y de San Expedito. “Es una Virgen hermosa, con un manto dorado y su rosario. El que hizo esto no tiene corazón”, agregó la mujer, con tristeza y con la esperanza de recuperarla.

Las figuras religiosas habían sido donadas por los vecinos desde hace aproximadamente 10 años, cuando decidieron construir la gruta sobre una esquina invadida por la basura. Desde entonces, ese espacio se ha convertido en un lugar de oración para muchos de ellos.

Todos los días
Ayer a la mañana, quienes viven en la zona se encontraron con la triste noticia. “Dejaron tirados en la vereda la capita de la Virgen y el rosario”, contó Adriana Gallo, que tiene su farmacia frente a la gruta. La mujer estaba enfurecida y recordó que hace 15 días ya habían roto los vidrios para sacar las monedas que dejan los fieles. “Me han hartado. Esto es lo máximo. No se puede vivir ni trabajar tranquilos, ayer ramearon a una mujer con una criatura para robarle”, afirmó Gallo, indignada.

“Acá todos los días hay un asalto, pero no entiendo cuál es la necesidad que tienen para llevarse una Virgen”, agregó Marta Ale Alí, otra vecina. Su testimonio es similar al de Nora de Moyano, quien también se quejó por la inseguridad y señaló que fue asaltada durante la tarde, cuando bajaba del colectivo. “Por ahí me quedo despierta hasta tarde y escucho gritos, especialmente de mujeres, y gente que corre. Eso es de todas las noches”, relató la mujer.

Un hombre que vive en la cuadra, por su parte, se mostró temeroso y prefirió no hablar de los delincuentes. “Nosotros no los conocemos a ellos, pero ellos sí nos conocen a nosotros”, concluyó.

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