Los vehículos auto-tripulados de Google aún deben superar ciertos obstáculos

Los vehículos auto-tripulados de Google aún deben superar ciertos obstáculos

Faltan solucionar problemas comunes en distintas rutas o calles que el auto no está preparado para afrontar.

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01 Septiembre 2014
ESTADOS UNIDOS.- En MIT Technnology Review analizaron las cualidades y defectos del vehículo autónomo de Google, y hay una serie de problemas comunes en distintas rutas o calles que el auto no está preparado para afrontar. 

1 El clima

El auto autónomo de Google no ha sido aún debidamente puesto a prueba bajo lluvia intensa, y menos aún con nieve. Chris Urmsom, de Google, reconoce que el coche solo se ha probado con buen tiempo por motivos de seguridad.

2 Baches

Evitar un hueco en el asfalto no solo nos evita derramar el café. También previene daños en los neumáticos o la suspensión, y desvíos bruscos en la dirección. Urmsom explica que detectar y esquivar estos baches aún no está en la programación del coche autónomo.

3 Rutas sin cartografiar

El coche de Google no conduce improvisando, sino que se basa en detalladísimos mapas previamente escaneados cuyo nivel de información es cientos de veces superior a Google Maps. El vehículo analiza estos mapas continuamente. Es la información que le permite calcular la ruta a seguir, los obstáculos que se va a encontrar, etc.

Desafortunadamente, el número de calles que se han escaneado para que puedan ser recorridas por un coche autónomo es ridículo. Evidentemente, es una cuestión de tiempo que se vayan incorporando más y más calles y carreteras, pero eso no va a ocurrir de la noche a la mañana en Estados Unidos, y mucho menos en otros países.

4 Obras

Hasta ahora, el coche autónomo de Google no puede circular por rutas con nieve, ni por vías llenas de baches, ni por caminos que no conoce, pero resulta que tampoco puede hacerlo por las calles que sí conoce, si estas están en obras. El coche es capaz de reconocer el entorno hasta cierto punto y reaccionar, por ejemplo a una señal de stop, un operario que corta el paso, o unos conos sobre el asfalto. Sin embargo, hay muchas otras situaciones en las que los trabajos de la vía resultan completamente inesperados para el sistema de sensores de a bordo.

5 El factor humano

Llegamos al mayor y más difícil obstáculo que deben superar los coches autónomos: las personas. Por poner un ejemplo sencillo pero muy ilustrativo. El auto de Google puede, hasta cierto punto, esquivar o detenerse ante un peatón que cruza inesperadamente la calle. Pero para los sensores, el peatón es un grupo de píxeles que forman un obstáculo no muy diferente de una columna. Un policía haciendo señas frenéticas de que pare desde la acera será completamente ignorado.

A día de hoy, el coche de Google no se lleva muy bien con ciclistas, peatones u oficiales de tráfico. Eso, evidentemente, va a cambiar, pero no va a hacerlo de la noche a la mañana.

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