01 Septiembre 2014
DESAHOGO. Penco abre sus brazos para festejar el 1-1 tras un centro del “Rolfi”.
BUENOS AIRES.- Lamentablemente para los hinchas de Racing, desde hace unos años, el clásico contra Independiente se ha vuelto predecible. La victoria que consiguió ayer el “rojo” por 2 a 1 le permitió estirar a 23 partidos de diferencia con la “academia”, dejando en claro que la paternidad de uno sobre otro no es un mito.
Algunos condimentos en la previa parecían que ayudarían a Racing a cortar una racha de 13 años sin conseguir victorias en el Libertadores de América: Independiente jugaba sus primeros partidos en la categoría después del descenso y no lo venía haciendo bien. Pese al triunfo de la última fecha ante Olimpo, Jorge Almirón técnico del “rojo”, llegaba cuestionado, supuestamente por no dar la talla en el puesto.
Además, para el ex entrenador de Godoy Cruz, de corta carrera como DT (comenzó en 2008), era el debut en esta clase de partidos.
Pero nada de esto incidió. Racing se ilusionó con el gol de Diego Milito que luego se iría lesionado por un golpe que le aplicó Cristian Tula. El defensor debió irse expulsado por un codazo, que frenó un avance de Ricardo Centurión pero Fernando Rapallini comenzó ahí una serie de fallos desafortunados: ni siquiera amonestó a Néstor Breitenbuch por golpear a Gabriel Hauche cuando se iba de contra, pudo haber cobrado penal contra Sebastián Penco y no fue falta la infracción que derivó en el tiro libre de Federico Mancuello que se convirtió en el empate “rojo”, que justamente anotó Penco.
Mancuello sería el encargado de dar vuelta el marcador en sólo dos minutos y luego de eso, el local se dedicaría defender el resultado.
El hecho de que finalmente lo hayan logrado, determinó que el historial entre ambos esté como nunca antes había estado: 71 victorias de Independiente contra 48 de Racing, la mayor diferencia en el profesionalismo, según consignó el estadista del fútbol local, Silvio Maverino. (Télam y especial)
Algunos condimentos en la previa parecían que ayudarían a Racing a cortar una racha de 13 años sin conseguir victorias en el Libertadores de América: Independiente jugaba sus primeros partidos en la categoría después del descenso y no lo venía haciendo bien. Pese al triunfo de la última fecha ante Olimpo, Jorge Almirón técnico del “rojo”, llegaba cuestionado, supuestamente por no dar la talla en el puesto.
Además, para el ex entrenador de Godoy Cruz, de corta carrera como DT (comenzó en 2008), era el debut en esta clase de partidos.
Pero nada de esto incidió. Racing se ilusionó con el gol de Diego Milito que luego se iría lesionado por un golpe que le aplicó Cristian Tula. El defensor debió irse expulsado por un codazo, que frenó un avance de Ricardo Centurión pero Fernando Rapallini comenzó ahí una serie de fallos desafortunados: ni siquiera amonestó a Néstor Breitenbuch por golpear a Gabriel Hauche cuando se iba de contra, pudo haber cobrado penal contra Sebastián Penco y no fue falta la infracción que derivó en el tiro libre de Federico Mancuello que se convirtió en el empate “rojo”, que justamente anotó Penco.
Mancuello sería el encargado de dar vuelta el marcador en sólo dos minutos y luego de eso, el local se dedicaría defender el resultado.
El hecho de que finalmente lo hayan logrado, determinó que el historial entre ambos esté como nunca antes había estado: 71 victorias de Independiente contra 48 de Racing, la mayor diferencia en el profesionalismo, según consignó el estadista del fútbol local, Silvio Maverino. (Télam y especial)
Lo más popular
