01 Septiembre 2014
Mónica Liliana Díaz conoció a un maestro angoleño de 26 años con quien va a casarse.
Lilí es salteña y fue a África a servir a Dios con su vocación de enfermera. Desde los 15 años oraba por la misión del matrimonio tucumano. “Yo decía, algún día voy a ir allá a dar mi testimonio de fe”, recuerda la joven de 35 años. Su sueño se cumplió hace cuatro años, desde que se sumó a la clínica evangélica. Lo que nunca imaginó era que en estas tierras estaría su destino para toda la vida: Mónica Liliana Díaz no sólo encontró a Jesús allí sino también a Costa Texeira, un maestro angoleño de 26 años, con quien espera tener hijos y fundar la primera familia de Lwena - Argentina de este lugar. Liliana sabe que no va a ser tarea fácil adaptarse a la vida africana. “Ser mujer y ser extranjera es una gran desventaja. La mujer no tiene voz ni voto. No puede orar en voz alta. A la iglesia no puede entrar con los hombros descubiertos. Aquí no se concibe a una mujer sin un hombre. La soltería está mal vista aquí. No tener relaciones sexuales es signo de enfermedad, ellos dicen que si no tienes relaciones te va a doler la cabeza y la columna”, ríe con ganas. Pero ella confía en su novio: “yo sé que con él va a ser diferente”.
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