La recesión se cobra más víctimas laborales

La recesión se cobra más víctimas laborales

BUENOS AIRES.- Mientras el Gobierno nacional atraviesa el mayor momento de confusión, la inflación, los despidos y las suspensiones cruzan el país, y golpean a los sectores de menores ingresos. “La inflación está bajando los salarios”, lanzó el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano, tras evaluar los primeros efectos de la huelga nacional, que se concretó esta semana.

En un elíptico mensaje a la Casa Rosada, el sindicalista hizo saber que irá por una recuperación de lo acordado en las paritarias. “La pérdida de puestos de trabajo se está dando más allá de la medida de fuerza. Los despidos y las suspensiones están desde antes de este paro”, completó Moyano, para responder a las insólitas afirmaciones del ministro de Trabajo de la Nación. Carlos Tomada, quien había tratado de minimizar la protesta, y quien había puesto en duda hasta las mismas estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).

La disputa no hace más que poner en evidencia el grado de fragmentación que tiene la sociedad y que todos los días va cobrando nuevas víctimas laborales. La proyecciones de inflación para 2014 muestran un aumento del índice de precios que orilla el 40%, una cifra insostenible sin que haya sectores que no se vean perjudicados. Por otro lado, el endeudamiento de las familias revela que la capacidad de pago de la población está agotada. Sólo en el cálculo mediante cupones de las tarjetas de crédito, el pasivo asciende a más de U$S 10.000 millones.

Al mismo tiempo que el Poder Ejecutivo Nacional no cierra el conflicto por la deuda impaga, y las reservas muestran un franco deterioro que, a la luz de las proyecciones de los potenciales inversores, pronostican un nivel menor a los U$S 25.000 millones. Tras haber transcurrido ya dos tercios del año, la administración de la presidenta Cristina Fernández dejó escapar U$S 2.000 millones de las reservas. Ese dinero se esfumó entre atesoramiento y fuga de capitales, cuando bien pudo haber sido aplicado para terminar el conflicto con los fondos buitre. Y mientras esta situación permanezca insoluble, las probabilidades de una vuelta a los mercados internacionales es remota, al tiempo que es inversamente proporcional el escenario de una devaluación.

En Estados Unidos, las principales casas de inversión coinciden en afirmar que la administración Kirchner no tiene apuro por alcanzar un arreglo. “La Argentina no está buscando una solución con los holdouts, y esto significa que no sólo no habrá financiamiento externo, sino que las expectativas de devaluación presionarán a las reservas”, explicó un inversor.

La presentación del ministro de Economía, Axel Kicillof, el miércoles en el Congreso no sólo decepcionó, sino que terminó de sepultar toda posibilidad de un arreglo por la deuda, al señalar que no iba a negociar con los fondos Aurelius y NML Capital. “Eso avivó el fuego en el mercado paralelo porque no hay señales de un acuerdo en lo inmediato”, remarcó otro operador local.

Sin embargo, las apuestas de los inversores apuntan a que en el primer trimestre de 2015, se cancelará el juicio, por eso es que no cae tanto la paridad de los bonos. A pesar que el Gobierno logró dictamen para el cambio de domicilio de pago, son muy pocos los que creen que la ley será de utilidad. “Para que esto funcione es necesario que el BoNY Mellon entregue todos los registros de los bonistas y esto es improbable que ocurra, después de que el Gobierno le revocó el contrato de fiduciario”, explicó un analista para luego añadir que “no habría que descartar alguna demanda del banco contra el país por el lucro cesante que esto le significa”. Con argumentos poco sólidos y con decisiones controvertidas, el joven ministro fue aislando al país de cualquier posibilidad de acceso a los mercados financieros. El calentamiento cambiario es una muestra del desorden de la política económica.

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