29 Agosto 2014
BUENOS AIRES.- El ministro de Economía, Axel Kicillof, admitió que este año “habrá una caída de las exportaciones, ya que los principales compradores no nos comprarán” y un “aumento de las importaciones de energía, que superarán los 6.000 millones de dólares”.
El jefe del Palacio de Hacienda se justificó explicando que “el mundo está estancado” y que las exportaciones argentinas “caerán este año”, ya que los principales compradores, los Estados Unidos, Brasil y Europa, “tendrán un bajo crecimiento y no compran”. De todos modos, vaticinó que habrá superávit de la balanza comercial y también aumento de las erogaciones para energía.
Kicillof sostuvo que “no hay que inventar pesimismo” sobre las condiciones económicas de la Argentina, al tiempo que defendió el rol activo del Estado en el sostenimiento de la demanda y aseguró que el déficit energético se debe fundamentalmente al crecimiento que tuvo el país en los últimos años.
Al disertar en la jornada del Consejo de las Américas, admitió, por otra parte, que “la Argentina no está dentro de un termo” y que la afecta “la caída de la demanda externa, la baja del precio de los commodities” y también la posible suba de tasas en los Estados Unidos, que podría hacer que “se replieguen inversiones desde las naciones emergentes” hacia ese país.
En contrapartida, el titular del Palacio de Hacienda rechazó que el crecimiento de la Argentina en los últimos años se haya debido al “viento de cola”, al señalar que “puede haber viento de cola o de punta, pero lo que importa es el piloto”.
Por otra parte, defendió la reindustrialización como factor de inclusión y de crecimiento, aseguró que la Argentina fue el país de Latinoamérica que menos reprimarizó sus exportaciones y aseguró que “la Argentina se desendeudó como ningún otro país en el mundo”.
Sobre la reindustrialización, destacó que fue una política pública y que “muchas ramas fabriles renacieron” por esa razón, además de asegurar que “en los últimos 10 años el producto bruto industrial per cápita creció 4,9%”.
Empleo industrial
Al respecto, señaló que “los países de industrialización tardía (como la Argentina) necesitan de un fuerte apoyo del Estado”, por lo que “tiene que haber un Estado activo”. También reiteró que el empleo industrial “es de mejor calidad y mejora el consumo” y que “cuando la demanda exterior flaquea, hay que sustantivar el mercado interno”.
En cuanto al pesimismo reflejado en la suba del dólar paralelo en los últimos días, sostuvo que “si todo el mundo piensa que la cosa va a ir mal, probablemente vaya mal, aunque no haya motivos para eso”. “No hay que inventar pesimismo”, pidió el ministro a los empresarios.
Por otro lado, defendió los subsidios a la energía y sostuvo que “si la economía se estanca o decrece, no va a haber problemas energéticos”. (DyN)
El jefe del Palacio de Hacienda se justificó explicando que “el mundo está estancado” y que las exportaciones argentinas “caerán este año”, ya que los principales compradores, los Estados Unidos, Brasil y Europa, “tendrán un bajo crecimiento y no compran”. De todos modos, vaticinó que habrá superávit de la balanza comercial y también aumento de las erogaciones para energía.
Kicillof sostuvo que “no hay que inventar pesimismo” sobre las condiciones económicas de la Argentina, al tiempo que defendió el rol activo del Estado en el sostenimiento de la demanda y aseguró que el déficit energético se debe fundamentalmente al crecimiento que tuvo el país en los últimos años.
Al disertar en la jornada del Consejo de las Américas, admitió, por otra parte, que “la Argentina no está dentro de un termo” y que la afecta “la caída de la demanda externa, la baja del precio de los commodities” y también la posible suba de tasas en los Estados Unidos, que podría hacer que “se replieguen inversiones desde las naciones emergentes” hacia ese país.
En contrapartida, el titular del Palacio de Hacienda rechazó que el crecimiento de la Argentina en los últimos años se haya debido al “viento de cola”, al señalar que “puede haber viento de cola o de punta, pero lo que importa es el piloto”.
Por otra parte, defendió la reindustrialización como factor de inclusión y de crecimiento, aseguró que la Argentina fue el país de Latinoamérica que menos reprimarizó sus exportaciones y aseguró que “la Argentina se desendeudó como ningún otro país en el mundo”.
Sobre la reindustrialización, destacó que fue una política pública y que “muchas ramas fabriles renacieron” por esa razón, además de asegurar que “en los últimos 10 años el producto bruto industrial per cápita creció 4,9%”.
Empleo industrial
Al respecto, señaló que “los países de industrialización tardía (como la Argentina) necesitan de un fuerte apoyo del Estado”, por lo que “tiene que haber un Estado activo”. También reiteró que el empleo industrial “es de mejor calidad y mejora el consumo” y que “cuando la demanda exterior flaquea, hay que sustantivar el mercado interno”.
En cuanto al pesimismo reflejado en la suba del dólar paralelo en los últimos días, sostuvo que “si todo el mundo piensa que la cosa va a ir mal, probablemente vaya mal, aunque no haya motivos para eso”. “No hay que inventar pesimismo”, pidió el ministro a los empresarios.
Por otro lado, defendió los subsidios a la energía y sostuvo que “si la economía se estanca o decrece, no va a haber problemas energéticos”. (DyN)
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