Un sello estilístico de la pintura

Un sello estilístico de la pintura

“El Gallego” inaugura mañana una exposición en el Museo Timoteo Navarro, y recomienda a los jóvenes que aprendan a dibujar

EN “LA TORRE DE MARFIL”. El artista, en su taller, contó que no tiene idea de cuánto cuesta una obra suya, porque se desacostumbró a vender. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso EN “LA TORRE DE MARFIL”. El artista, en su taller, contó que no tiene idea de cuánto cuesta una obra suya, porque se desacostumbró a vender. la gaceta / foto de jorge olmos sgrosso
Tiene en claro que es una marca registrada, un estilo definido, una firma propia. Y en verdad, no es un hecho frecuente que ante una obra, se identifique inmediatamente a su autor. Eso es lo que sucede con Gerardo Ramos Gucemas, quien mañana inaugurará una exposición en el Museo Timoteo Navarro, a las 20.30, en 9 de Julio 44. La muestra “Gucemas. Obras 2010-2014” está integrada por 76 obras, 12 de las cuales son digitales.

En un extenso diálogo con LA GACETA, “El Gallego” Gucemas no se apura durante la conversación y parece disfrutar cuando cuenta cada detalle o anécdota en su viejo taller, su “torre de marfil”, como lo llama. Un tanto descreído ya, admite su desilusión por el mundo y por la gente. Y, curiosamente, revela que no tiene idea de cuánto vale una pintura suya, porque desde hace mucho que no vende.

- Hace mucho tiempo que no exponías en Tucumán…

- Sí, hace varios años. Recuerdo que recibí una llamada telefónica de la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia que me invitaba a hacerlo por una conmemoración, y claro, le dije que sí, que a mí los derechos humanos me preocupan desde mucho antes de que exista una oficina. Pero me querían dar cualquier lugar, hasta que les expliqué a los funcionarios que necesitaba un buen espacio y un catálogo, por lo menos. Finalmente se hizo (diciembre de 2008), y por supuesto, pasó sin pena ni gloria. Porque, quién va a ver una muestra en Tucumán en verano…

- Y después…

- Fui a España (2011), donde me trataron muy bien. Pinté sobre cartón misionero, que tiene 400 gramos, porque era la única forma de trasladar mis obras. Pero ya en ese tiempo había empezado a hacer otros trabajos, un poco distintos, aunque claro no se apartan de mi grafología, que aparece sola y automática, de mi sello estilístico, podría decir. Finalmente siempre se ve que esto o aquello lo hace Gucemas, aunque el mercado nunca se hizo cargo de mí.

- ¿Y cómo son estos nuevos trabajos que vas a presentar ahora?

- Quiero mostrar que no soy el que siempre se come a los chicos crudos. Empecé a tomarme el pelo a mí mismo, y en lugar de tanta crueldad, acentúo el sarcasmo y la ironía. La factura se realiza con más libertad y es más abierta. No hay tanta densidad y el clima se relaja un poco. No cambio de temática, pero sí se ven algo distintos.

- ¿Qué pasó entonces? ¿La edad, tal vez? ¿Los años?

- Me he hecho muy escéptico, este mundo ya no tiene solución, pero es también la propia gente a la que uno creía dirigirse. El entorno cultural se ha ido desvaneciendo mucho; no hay la efervescencia de otros años. Oficialista no soy ni fui nunca; nos falta madurez social.

- No ves un respaldo estatal al arte…

- No, claro que no. Tal vez apoyen a los que son amigos del poder. Veo eso, el respaldo a quienes están cerca del poder. Pero pasa en todos los ámbitos de la cultura. Se gasta mucho dinero en cantantes populares, por ejemplo... Sí, populares para ellos serán…

- Regresemos a tus nuevas pinturas. ¿Dónde se podría ver que se han relajado?

- No son tan trágicas y cargadas, no hay ese clima de violencia que siempre se deja ver; son “más jodonas”, tienen hasta un cierto humor, aunque no son para reírse…

- ¿Cuánto cuesta un Gucemas?

- No tengo la menor idea. Estoy desacostumbrado a vender, no lo hago desde 2001; fue en esa época que dejé de vender, después de que se quedaron con mis ahorros. Hace unos años, cuatro o cinco, vino un político a comprar, pero cuando le coticé una pintura se asustó y no volvió, no sé qué habrá pensando.

- ¿Qué consejo les darías a los jóvenes?

- Es muy difícil, además, acá no pasa nada. Hoy toman la computadora y resuelven todo, pero… Deben tener la formación técnica, no me canso de insistirles con este aspecto. Hay que aprender a dibujar. Hay que manejar el oficio primero y después, si querés, olvidate de todo. Ese oficio no se puede suplantar con una herramienta.

- No te interesa el arte de hoy, me parece.

- Al contrario, me interesa todo, lo que pasa es que el 80% de lo que se ve carece de mensaje, no tiene ideas ni nada. Es pura especulación conceptual. Está todo tan saturado que hay como un agotamiento, y se está formando otra academia de todo eso. Mirá, me he recorrido casi todo el mundo, me falta Oriente nomás, y lo que veo es pintura, artistas de caballete. Es lo que se ofrece en todos lados, hasta en lugares como Londres, que son exponentes del arte contemporáneo. Le pido a la pintura que aporte ideas, siempre le pido cosas por decir. Podría decir que soy un pintor con intenciones narrativas.

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