Federer es el hiperexperto

Federer es el hiperexperto

El tenista suizo habló de todo lo que le preguntaron. Por Sebastián Fest.

EL MÁS GRANDE. Federer habló desde la debacle de la selección brasileña en el Mundial de fútbol hasta las ventajas de viajar con una esposa embarazada. 
EL MÁS GRANDE. Federer habló desde la debacle de la selección brasileña en el Mundial de fútbol hasta las ventajas de viajar con una esposa embarazada.
27 Agosto 2014
NUEVA YORK.- Muchos lo consideran el tenista más grande de todos los tiempos, y quizás por eso el suizo Roger Federer trasciende ya a su deporte y habla de todo lo que le preguntan, desde la debacle de la selección brasileña en el Mundial de fútbol hasta las ventajas de viajar con una esposa embarazada.

Y en el medio analiza también a Michael Jordan, coprotagonista de una astuta operación de marketing de Nike en la noche del martes en el Abierto de Estados Unidos.

Federer es el hiperexperto: las preguntas son una tentación irresistible para él, que disfruta ofreciendo un análisis preciso y detallado ya sea en inglés, alemán o francés. Es cierto que hace un tiempo que recurre con cada vez más frecuencia a la muletilla "a quién le importa" para quitarse de encima ciertas preguntas absurdas o complejas, pero la mayoría de las veces no quiere que el mundo se quede sin su opinión.

"Número uno: no soy supersticioso". La frase le brotó con gesto serio a un Federer cada vez más propenso a mostrar su autoridad, su madurez. Su reacción fue al comentario de que cada vez que se midió en Flushing Meadows a un jugador australiano, alcanzó la final. El martes en la noche derrotó al "aussie" Marinko Matosevic en el debut.

Padre de dos parejas de gemelos, Federer es desde hace un tiempo una especie de oráculo acerca de la influencia de la vida familiar en el tenis. Ya ganó Wimbledon con Myla y Charlene en las gradas, y ahora aspira a hacer lo mismo en Nueva York con Leo y Lenny sumados a sus hermanas.

"¿Pero dijo Novak que lo está afectando? No recuerdo que dijera que no jugó tan bien en las últimas semanas debido a eso... No creo que sea el caso", dijo Rogelio sobre la reciente boda y paternidad de Djokovic.

El periodista insistió, pero Federer lo frenó. "No vamos a comenzar a lanzar rumores sobre eso, creo que él va a estar perfectamente, a menos que su esposa no esté bien, cosa que nunca nos diría, de todos modos, y que realmente espero que no sea el caso. Espero que Novak esté en gran forma".

"Si miro a 2009, cuando gané Roland Garros y Wimbledon, mi esposa estaba embarazada y eso me inspiró para grandes rendimientos. Creo que es más bien una ventaja que una desventaja. Pero, de nuevo: él es una persona diferente, de orígenes diferentes. Mi esposa estaba conmigo, ella (la mujer de Djokovic) no está aquí. Una situación totalmente diferente".

Federer había vestido esa noche unas zapatillas blancas con el anagrama "M.J." y la tecnología "Air" que Jordan popularizó en sus años de estrellato deportivo con los Chicago Bulls. Horas antes de que el ex baloncestista se ubicara en las gradas del estadio Arthur Ashe para seguir el debut de Federer, el suizo colgó en su recién estrenada cuenta de Instagram una foto de ambos junto a una mesa y con las zapatillas en primer plano.

"Conocerlo ayer (lunes) por primera vez fue algo muy especial para mí", reconoció Federer, que definió a Jordan como el gran "héroe" deportivo de su juventud, por encima de tenistas como Boris Becker o Stefan Edberg, su actual entrenador.

Jordan elogió la forma en que el suizo se mueve en la cancha, y Federer se extendió en un análisis comparativo de los dos deportes: "En el baloncesto se salta más, y los jugadores son más grandes y fuertes que nosotros. Pero me gusta el baloncesto, sólo necesitas una pelota, es como el fútbol en cierto modo".

Cambio de tema: al suizo no terminan de gustarle las nuevas gradas para 1.400 espectadores junto a las canchas de entrenamiento en Flushing Meadows.

"No me gusta cómo está armado, pero al menos los espectadores tienen ahora más facilidades para vernos entrenar. Antes rompían todas las reglas posibles, se subían a los árboles y espiaban por la alambrada. Esto es mejor, aunque haga más pequeñas las canchas y pierdas privacidad".

Volviendo al fútbol: jugador de fino toque en su juventud, Federer pudo no haber sido tenista. Su sensibilidad hacia el deporte más popular del mundo es profunda, y por eso ofreció una respuesta meditada a la pregunta de qué pensó durante el 7-1 de Alemania a Brasil en las semifinales del reciente Mundial.

"No fue agradable, porque te sientes mal por uno de los equipos. Lo esperas con tantas ganas y luego, tras 40 minutos, lo único que quieres es que se termine ya. Creo que todos se sintieron así, incluso los alemanes parecieron ya no sentirse cómodos a partir de un determinado momento. Fue duro de ver...".

"Por suerte el césped crece y cubre todo y esto se olvidará en... tres décadas", ironizó Federer con una sonrisa amarga. "Pero lo peor para mí fue que tuvieron que jugar por el tercer puesto en vez de irse a la playa, relajarse y olvidarse de todo".


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