27 Agosto 2014
ANGUSTIA. María del Carmen Rodríguez contempla lo que quedó de su casa. la gaceta / fotos de jorge olmos sgrosso
Lo perdieron todo. Las paredes, ennegrecidas por el humo, fue lo único que el fuego dejó en pie.
El domingo a la mañana, María del Carmen Rodríguez y Juan Ponce habían dejado a sus hijos, de entre 12 y cuatro años, en la casa que tenían en la manzana A del barrio BGH, en Villa Mariano Moreno. Pero un cortocircuito en un enchufe de una de las habitaciones de la vivienda desencadenó la desgracia.
El matrimonio había salido para dictar unos cursos pre matrimoniales en la parroquia Santísimo Sacramento, en la capital. Alrededor de las 13.30, cuando regresaban a su casa, Rodríguez recibió una llamada de la mayor de sus hijas. El mensaje fue directo. “Mamá la casa se está quemando”, explicó la niña.
La desesperación no venció a la cordura y la mujer le pudo decir a su hija que de inmediato saliera de la casa junto con sus hermanos. Luego logró comunicarse con un amigo que le dijo: “los chicos están bien, los está cuidando un vecino de enfrente”. Pero al principio, hubo otra versión en torno a este traumático accidente doméstico. De acuerdo con lo que manifestó ayer Rodríguez, una de sus vecinas le dijo que había visto salir de su casa a un joven delgado de cabello largo al que otro vecino que pasaba por allí le preguntó: “¿Qué pasa amigo?”. A lo que este sujeto contestó: “esta es la venganza”.
La casa de este matrimonio está ubicada en la Calle 1 al 400. En ese lugar, hace 13 días, el comerciante Dante Marcelo Corbalán había matado a Walter Maximiliano Sierra, un asaltante que se había metido en su negocio y que Corbalán ultimó de un balazo. Como la casa del comerciante es lindante a la vivienda en la que se produjo el incendio, se pensó que el siniestro podía ser una represalia del homicidio. “Cuando realicé la denuncia en la comisaría (de Villa Mariano Moreno) le dije al oficial que me tomó la denuncia que pusiera lo que me habían dicho los vecinos. A nosotros ya no nos puede pasar más nada después de esto. Pero a Marcelo (el comerciante) no sé si le puede ocurrir algo; a él o a su familia”, agregó Rodríguez.
El negocio en el que Corbalán mató a Sierra está ubicado en diagonal al frente de la casa del matrimonio. Y, detrás de un mostrador protegido por rejas blancas, estaba ayer el comerciante que recuperó su libertad el viernes pasado. Al ser consultado por LA GACETA acerca del siniestro dijo que el hecho no estaba vinculado con el homicidio. “No creo que haya represalias, porque el padre del muchacho habló conmigo y me dijo que lo que sucedió era algo que él pensaba que podía llegar a pasar”, aclaró.
La versión del comerciante fue corroborada por el comisario Juan de la Cruz Brandán, que está a cargo de la comisaría de Villa Mariano Moreno. “Tanto el padre como el tío de Sierra prestaron declaración en esta comisaría y habían solicitado que se deje libre a Corbalán. Y esa declaración la ratificaron en la Fiscalía de Instrucción de la VIII° Nominación, que tiene a su cargo esta investigación”, aseveró el funcionario policial.
El domingo a la mañana, María del Carmen Rodríguez y Juan Ponce habían dejado a sus hijos, de entre 12 y cuatro años, en la casa que tenían en la manzana A del barrio BGH, en Villa Mariano Moreno. Pero un cortocircuito en un enchufe de una de las habitaciones de la vivienda desencadenó la desgracia.
El matrimonio había salido para dictar unos cursos pre matrimoniales en la parroquia Santísimo Sacramento, en la capital. Alrededor de las 13.30, cuando regresaban a su casa, Rodríguez recibió una llamada de la mayor de sus hijas. El mensaje fue directo. “Mamá la casa se está quemando”, explicó la niña.
La desesperación no venció a la cordura y la mujer le pudo decir a su hija que de inmediato saliera de la casa junto con sus hermanos. Luego logró comunicarse con un amigo que le dijo: “los chicos están bien, los está cuidando un vecino de enfrente”. Pero al principio, hubo otra versión en torno a este traumático accidente doméstico. De acuerdo con lo que manifestó ayer Rodríguez, una de sus vecinas le dijo que había visto salir de su casa a un joven delgado de cabello largo al que otro vecino que pasaba por allí le preguntó: “¿Qué pasa amigo?”. A lo que este sujeto contestó: “esta es la venganza”.
La casa de este matrimonio está ubicada en la Calle 1 al 400. En ese lugar, hace 13 días, el comerciante Dante Marcelo Corbalán había matado a Walter Maximiliano Sierra, un asaltante que se había metido en su negocio y que Corbalán ultimó de un balazo. Como la casa del comerciante es lindante a la vivienda en la que se produjo el incendio, se pensó que el siniestro podía ser una represalia del homicidio. “Cuando realicé la denuncia en la comisaría (de Villa Mariano Moreno) le dije al oficial que me tomó la denuncia que pusiera lo que me habían dicho los vecinos. A nosotros ya no nos puede pasar más nada después de esto. Pero a Marcelo (el comerciante) no sé si le puede ocurrir algo; a él o a su familia”, agregó Rodríguez.
El negocio en el que Corbalán mató a Sierra está ubicado en diagonal al frente de la casa del matrimonio. Y, detrás de un mostrador protegido por rejas blancas, estaba ayer el comerciante que recuperó su libertad el viernes pasado. Al ser consultado por LA GACETA acerca del siniestro dijo que el hecho no estaba vinculado con el homicidio. “No creo que haya represalias, porque el padre del muchacho habló conmigo y me dijo que lo que sucedió era algo que él pensaba que podía llegar a pasar”, aclaró.
La versión del comerciante fue corroborada por el comisario Juan de la Cruz Brandán, que está a cargo de la comisaría de Villa Mariano Moreno. “Tanto el padre como el tío de Sierra prestaron declaración en esta comisaría y habían solicitado que se deje libre a Corbalán. Y esa declaración la ratificaron en la Fiscalía de Instrucción de la VIII° Nominación, que tiene a su cargo esta investigación”, aseveró el funcionario policial.
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