Por Carlos Páez de la Torre H
27 Agosto 2014
JUAN MARÍA GUTIÉRREZ. Era ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación en 1856, cuando Alberdi le proponía compilar las leyes. la gaceta / archivo
Entre las muchas buenas ideas que esparció nuestro gran tucumano Juan Bautista Alberdi (1810-1885), merece subrayarse la referida a una compilación de leyes. Ella se expuso en una carta escrita por Alberdi desde París, el 7 de setiembre de 1856, a su amigo Juan María Gutiérrez, ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación en ese momento.
Le decía que “si mi salud, restablecida por el buen clima de Inglaterra, decae otra vez, tendré o tomaré un tiempo de descanso, en que arreglaré una compilación o Registro de las Leyes, Decretos y Tratados del Gobierno Nacional Argentino, desde su establecimiento”.
Añadía: “si ustedes quieren pagar la impresión, se podrá hacer en París una muy bonita, de todos los actos del gobierno federal, que servirá para darlos a conocer oficialmente en Europa y que servirá sobre todo a nuestras mismas provincias, donde falta una compilación”.
Para eso era necesario que el ministro del Interior, Santiago Derqui, lo autorizara a emprender el trabajo, y que al mismo tiempo le enviaran el conjunto del material que debía incluirse. Es decir, “todas las leyes y decretos importantes del Gobierno Nacional”, los tratados, las constituciones provinciales y los reglamentos de las Cámaras de Senadores y Diputados.
Entendía Alberdi que “vulgarizar el conocimiento de las leyes, es facilitar su ejecución y respeto; es un servicio al orden y una necesidad de la organización. Darlas a conocer con método, en buen orden y todas juntas, es procurarles la segunda sanción del respeto y de la convicción sincera”.
Le decía que “si mi salud, restablecida por el buen clima de Inglaterra, decae otra vez, tendré o tomaré un tiempo de descanso, en que arreglaré una compilación o Registro de las Leyes, Decretos y Tratados del Gobierno Nacional Argentino, desde su establecimiento”.
Añadía: “si ustedes quieren pagar la impresión, se podrá hacer en París una muy bonita, de todos los actos del gobierno federal, que servirá para darlos a conocer oficialmente en Europa y que servirá sobre todo a nuestras mismas provincias, donde falta una compilación”.
Para eso era necesario que el ministro del Interior, Santiago Derqui, lo autorizara a emprender el trabajo, y que al mismo tiempo le enviaran el conjunto del material que debía incluirse. Es decir, “todas las leyes y decretos importantes del Gobierno Nacional”, los tratados, las constituciones provinciales y los reglamentos de las Cámaras de Senadores y Diputados.
Entendía Alberdi que “vulgarizar el conocimiento de las leyes, es facilitar su ejecución y respeto; es un servicio al orden y una necesidad de la organización. Darlas a conocer con método, en buen orden y todas juntas, es procurarles la segunda sanción del respeto y de la convicción sincera”.
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