Admiten que no pueden poner un policía por escuela

Admiten que no pueden poner un policía por escuela

El secretario de Seguridad analizó la situación

Admiten que no pueden poner un policía por escuela
20 Agosto 2014
Los continuos robos que ocurren en las escuelas de la capital y de sus alrededores encendieron una luz de alerta en el ministerio de Seguridad.

El lunes robaron tres inodoros de la escuela Monseñor David Dip, ubicada en el barrio 447 Viviendas, en El Colmenar. El hecho fue denunciado por Carmen Robles, una de las secretarias de la institución. La empleada declaró que se percataron del robo cuando los conserjes quisieron limpiar el baño de mujeres. “Forzaron la puerta y arrancaron los sanitarios”, explicó. Al parecer, el robo ocurrió durante el fin de semana y no se pudo identificar a los asaltantes, informó la Policía.

Ese mismo día también ingresaron a robar en la escuela secundaria de Villa Amalia, ubicada en Moreno al 2100, y desvalijaron el gabinete de computación. Mientras que la semana pasada un grupo de asaltantes entró dos veces a la escuela especial de ALPI (Asociación de Lucha contra la Parálisis Infantil) en donde robaron computadoras y herramientas de los talleres de carpintería y pintura. Y, esa misma semana, robaron una motocicleta del patio del colegio San José, en Alderetes.

Ante esta reiterada y preocupante situación el secretario de Seguridad, Paul Hofer, dijo que el vandalismo que golpea en las escuelas es el efecto de una serie de falencias sociales. “Acá el problema no es la seguridad. Es imposible poner un policía en cada escuela. Aquí tenemos un problema cultural, porque los que realizan estos actos de vandalismo son los mismos chicos que van a la escuela. Muchas veces entran, rompen todo y no roban nada”, subrayó.

En este marco, señaló la importancia de tratar a estos casos no sólo como un problema de seguridad, sino como una realidad social. “Un chico que vandaliza su propia escuela está queriendo decir algo. Podemos llevarlo preso y lo hacemos. Pero la mayoría son menores de edad y al día siguiente quedan libres bajo la tutela de sus padres”, aseveró.

Propuesta ignorada

Por otra parte dijo que junto al ministerio de Educación, a cargo de Silvia Rojkés de Temkin, le propusieron -hace más de un año- a los padres de las distintas comunidades educativas formar “Corredores de seguridad” para prevenir robos y controlar los horarios de salida en las escuelas pero, según dijo, nunca recibieron una respuesta. “Los padres no quieren colaborar ni siquiera con la seguridad de la escuela a la que asisten sus hijos. Además el gasto que le provocan al Estado estos robos o ataques vandálicos es muy preocupante. Tenemos alrededor de 1.500 escuelas y necesitaríamos unos 6.000 policías para custodiarlas a todas”, concluyó.

Por otra parte se informó que ambos ministerios están trabajando para instalar alarmas en las escuelas más golpeadas por la inseguridad. Cuando estos equipos se activen sonarán directamente en la base de la Policía y, según se planea, se enviará el móvil que esté más cerca de la zona.

El trabajo de la Policía

El jefe de Policía, Dante Bustamante, habló acerca de cómo trabaja la institución. “Las escuelas que están dentro de una jurisdicción se resguardan de la misma manera que cualquier otro edificio público. Pero no hay una orden específica para que se las vigile. Además, si tomamos en cuenta la cantidad de escuelas que se inauguraron en los últimos años, no alcanzaría el personal que tenemos para vigilarlas”, explicó.

En este sentido, se refirió a los lugares en los que están ubicadas las escuelas. “También hay que tener en cuenta que muchos de los establecimientos que se inauguraron en los últimos años están en zonas rodeadas por villas o asentamientos y, en muchas ocasiones, son los mismos vecinos los que entran a robar o cometer actos de vandalismo”, agregó.

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