“La guerra también está ligada al racismo, a la presencia de la extrema derecha en Francia hoy”

“La guerra también está ligada al racismo, a la presencia de la extrema derecha en Francia hoy”

La gran figura de la literatura francesa actual habla sobre Hombres, novela editada en la Argentina por Anagrama que consagró a su autor a nivel internacional. “Una persona nunca es igual a la suma de elementos que la componen”, afirma

17 Agosto 2014

Por Fabián Soberón - Para LA GACETA - Tucumán

- La novela Hombres está atravesada por el enfrentamiento franco-argelino. El enfoque no es el habitual. Elegiste narrar la historia de dos o tres ex combatientes que viven 30 años después del conflicto. ¿Podrías hablar de esto?

- Elegí hablar de un conflicto del cual pude ver, en mi infancia, que estaba muy presente en nuestra vida, aunque la guerra había terminado desde hacía más de 20 años en esa época. Mi padre, mis tíos, los hombres que yo veía en mi pueblo fueron a combatir en Argelia. La guerra era un tabú, todavía lo es en Francia. Yo quería hablar de la guerra a partir de ese tabú, de esa presencia subterránea. Para mí, también está ligada al racismo, a la presencia de la extrema derecha en Francia hoy. Las cosas que no son dichas, las cicatrices mal cerradas tienen consecuencias. Es para interrogar el presente que me intereso por el pasado.

- El narrador, Rabut, cuenta la historia de Bernard y de los otros. ¿Cómo confeccionaste, cómo compusiste a ese narrador? Rabut es un narrador en primera persona que habla de otros y de sí mismo y su voz envuelve a los personajes y a las historias…

- Quería un narrador que sea capaz de borrarse, de desaparecer detrás del relato que hacía de los otros. Todo el comienzo del libro, él habla de su primo, es casi un relato en tercera persona. En la parte argelina, quería que su voz se confundiera con la del grupo de los soldados y que hablara de un “nosotros”. En la última parte, quería que el personaje pudiera regresar de esa travesía, cambiado por su toma de conciencia, por la rememoración de los acontecimientos. Que pudiera finalmente mirarse a la cara y decir “yo”.

- Bernard es una especie de fracasado. Lo que se borra en la novela son las posibles causas de su vida ruin. Si bien se cuentan los hechos del pasado, se eluden las explicaciones. ¿Hay un método narrativo en esa operación?

- Un método, no sé. En todo caso, hay una preocupación: la de no reducir un personaje, su comportamiento, a una serie de causas, de explicaciones. En la vida, la gente no se resume a una suma de elementos que basta añadir para obtener una persona. Una persona nunca es igual a la suma de elementos que la componen. Siempre hay una parte inexplicable, imperceptible, misteriosa. Para mí es muy importante porque es allí donde reside lo humano, en eso indescifrable.

- Bernard le regala una caja azul con un diamante a su hermana. Ese hecho desencadena la trama. Y luego se ramifica en múltiples historias pequeñas y diversas. ¿Querías hablar de la Historia (con mayúsculas) a través de las historias menores?

- Soy novelista, no historiador. La novela hace lo contrario de todas las ciencias. Allí donde las ciencias van siempre de lo general a lo particular, la novela hace lo contrario. Toma solo casos particulares, los mira, los observa, y a veces puede desprenderse una cierta visión general de la vida, de la gran Historia, si se quiere. Pero, prefiero no hacer de filósofo, no hacer de sabio, no saber: simplemente compartir con el lector, la experiencia del personaje.

- Bernard es alcohólico, ha estado enamorado de una mujer que ha abandonado, ha perdido su dinero, no se lleva bien con su hermana. Digamos que su vida no es fácil. Pero tiene el retrato de una niña árabe en su pieza. Este hecho es una especie de síntesis de la tensión entre franceses y argelinos en una época de la historia de Francia. ¿Podrías hablar de esto?

- Quizás eso ilustre la tensión de la cual hablás, no sé. Pero para mí, era simplemente una manera de decir cómo Bernard había sido marcado, traumatizado por la muerte de la niña árabe, de decir cómo la había querido realmente, de decir que no se curaba de ese traumatismo. Que todavía llevaba ese duelo. La paradoja es que él estaba contra los argelinos por la muerte de una niña argelina.

- Hombres es un libro sobre la guerra, sobre la etapa posterior y las consecuencias de la guerra. Es un libro sobre la guerra y sobre las miserias humanas, las contradicciones de ciertas conductas humanas…

- Creo que solo el libro puede decirlo. No sé si dice todo eso, espero que al leerlo se experimente, en alguna parte, suficientes interrogaciones, presencias de personajes, empatía, sí, para que todas esas reflexiones puedan existir, pero no soy yo el que deba decirlo si es el caso.

- En la novela pareciera que la guerra no ha terminado nunca. Es como si la guerra lo contaminara todo y como si volver a vivir fuera imposible. De hecho Rabut dice algo por el estilo…

- Sí, es muy importante. En casi todos mis libros, me pregunto sobre las consecuencias de un traumatismo, la onda del shock que un acontecimiento puede producir años después. Me parece que tenemos demasiada tendencia a querer compartimentar los acontecimientos. Ahora bien, un policial, un drama se sigue sintiendo mucho tiempo después en carne (propia) de la víctima. El periódico, los medios solo dan cuenta de la parte visible. Creo que la novela puede interesarse en lo que pasa por debajo de las cosas, que son más subterráneas, que llevan tiempo.

- Hombres habla del otro, del árabe, del argelino, del “traidor”, pero lo hace mostrando las contradicciones del conflicto. En ese sentido, me parece que la novela no juzga ni toma partido sino que muestra la masacre y la miseria de la guerra. ¿Qué opinas de esto?

- Sí, es lo que traté de hacer. Quise tratar de dar cuenta de la complejidad de las cosas, de la guerra y de sus contradicciones. A veces me han reprochado por hablar de un acontecimiento que no he vivido. Por el contrario, pienso que esa distancia permite mirar más objetivamente la guerra de Argelia. Para devolverle su complejidad. Cuando los autores tienen algo para decir, simplifican demasiado lo real. Quise restituirle su opacidad.

© LA GACETA

Traducción: Lucila Cabrera

PERFIL

Laurent Mauvignier nació en Tours (Francia), en 1967. Sus libros han sido celebrados por la crítica. Por Hombres recibió el Premio Millepages, el Premio de los Libreros y el de las Librerías Initiales. Esta novela fue el pasaporte a su consagración internacional. Ha sido traducida a varios idiomas y está en marcha su adaptación cinematográfica.

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