Jugadores de Atlético visitaron el Hospital de Niños y en San Benito

“A veces te hacés mala sangre por tantas pelotudeces y acá ves a los chiquitos luchando por un montón de cosas. Lo mínimo que podemos hacer es venir y estar. Es gratificante al menos sacarles una sonrisa”. Héctor Rivoira deja el cargo de técnico de Atlético y se viste, en parte, de vocero de una movida gigante por parte de los jugadores, el cuerpo técnico y la dirigencia. Se fue el Día del Niño, pero en 25 de Mayo y Chile nadie olvidó su promesa. Victoria mediante a Crucero del Norte el domingo, los “decanos” visitaron varias salitas del Hospital del Niño Jesús y la Capilla San Benito, del barrio Juan B. Terán.

“Atlético es la provincia y trata de estar siempre cerca de los tucumanos”, sostuvo el presidente Mario Leito, uno de los comensales que cargó bolsas y golosinas para los pequeños que se encontraban en los sectores de traumatología infantil, pediatría y en otras alas del nosocomio.

Fue una verdadera sorpresa la llegada de Atlético al hospital. Nadie los esperaba. En realidad, quienes iban a ser los protagonistas de la tarde no tenían idea. Y fue como ver brillar el sol en plena noche para los internados. Con Luis Rodríguez a la cabeza, Cristian Lucchetti, Juan Martín Imbert, Sebastián Longo, Leandro Díaz, Franco Sbuttoni, Lucas Calviño y Guillermo Acosta, los futbolistas echaron a la tristeza y recibieron, junto a las bolsas de regalos que llevaban consigo, a la felicidad. No importaba si era varón, mujer, madre, padre, hijo, tío, enfermara, médica/o, personal de maestranza, todos quisieron estar cerca de los “decanos”, disfrutarlos, charlar con ellos.

No faltaron las fotos, las cargadas, las sonrisas. Fue una caricia al alma. “Acá se ven las cosas graves de la vida, de la verdadera vida. Después uno se hace problemas por tonteras. Ves a estos chicos sufrir, cuando pueden ser los tuyos o de familiares, y lo sentís realmente. Me alegra haber venido y estar con ellos”, prosiguió el profesor Roberto Fernández, chocho con un nene que llevaba una camiseta de San Lorenzo.

Quizás el momento más emotivo de la visita fue cuando Lucchetti y Sbuttoni ingresaron a la sale de cuidados intensivos, donde se encuentran chicos con serias quemaduras. “Había un nenito con toda la carita y su cuerpo quemado. Chalarmos con la mamá, la vimos sufriendo y luchando... Bueno, nada, por lo menos los chicos están bien cuidados y cariño no les falta. No sé si les dimos un poquito de alegría, espero que al menos les hayamos cambiado un poco el día”, sostuvo un “Laucha” aún con piel de gallina. “Fue muy emotivo todo esto”, explicó.

El tiempo voló demasiado rápido. Era momento de la despedida, de un hasta pronto. La siguiente parada fue en la Capilla San Benito. Era una revolución el templo de Dios, donde está el Padre Hernán. “Ojalá la iglesia esté todos los días así a la hora de la misa”, rezó el párroco, que no ocultó su pasión por la otra bandera. “Soy de San Martín pero me alegra que estén acá los jugadores de Atlético”.

El primero en bajarse del auto fue “Pulguita”, rodeado por grandes y chicos. El ídolo recibió abrazos a borbotones. Él estaba para regalarlos pero fue al revés. Lo mismo le pasó al resto del grupo, que prometió un nuevo regreso. Quizás sea para festejar el ascenso a Primera.