“No hubo un tiroteo”, dijo el papá del hincha de Atlético asesinado

En la misma habitación en la que hace una semana velaron a Lucas Emanuel Roque Valdez, el joven de 21 años que fue asesinado de un tiro en la cabeza, sus padres recordaron cómo era su hijo y reclamaron avances en la investigación del homicidio.

La familia Valdez vive en una casa ubicada en la calle Chile al 900. A una cuadra de ahí, cruzando las vías del tren, Lucas recibió el balazo que le quitó la vida. Alfredo Reyes Valdez y Nélida Rearte contaron que su hijo tenía muchos amigos en su barrio y, según dijeron, era muy querido por su entorno.

Era hincha del Club Atlético Tucumán y tocaba el bombo y el redoblante en la barra brava. La pasión por su club era tal que la madrugada en la que le dispararon llevaba puesta la camiseta del equipo de Barrio Norte.

Lucas fue herido hace dos domingos alrededor de las 4.30 y murió a las 6.10 en el hospital Padilla, a donde había sido derivado de urgencia. Según dijeron sus padres, dos amigos suyos estaban con él cuando le dispararon. “Escuchamos tres tiros. Después nos golpearon la puerta y uno de los chicos que estaba con él me gritó: Alfredo, le metieron un tiro a Lucas”, relató el padre del muchacho.

En ese momento, Valdez salió de su casa y corrió hasta la esquina de Uruguay y Catamarca en donde había quedado tendida la víctima. “Crucé la vía y mi hijo estaba tirado con un tiro en la cabeza. La bala le atravesó la gorra que tenía puesta y, como no venía la ambulancia, tuve que cargarlo en mi moto para llevarlo al hospital”, explicó.

Una vaina servida

El primer reclamo de los padres respecto de la investigación es que, según sostuvieron, no se preservó el lugar en el que se cometió el crimen. “Cuando lo dejé en la guardia del Centro de Salud volví al lugar para ver si habían encontrado algo. Pero, en realidad, encontré a más de 20 policías que ni siquiera habían acordonado la zona. Todos los que pasaban por el lugar cruzaban como si nada hubiera sucedido. Yo mismo encontré la vaina de una pistola calibre 11.25 y la gorra ensangrentada de mi hijo”, aseguró el hombre. “Quisieron decir que hubo un tiroteo, pero mi hijo no tenía antecedentes, nunca utilizó armas y no tuvo problemas con la Policía”, remarcó Valdez.

En ese sentido, los padres de la víctima también afirmaron que todavía no recibieron ninguna versión oficial acerca de quiénes serían los presuntos homicidas. A Lucas, de acuerdo con lo que dijeron, lo llamaron desde la ventanilla de un auto que pasaba por la esquina en la que lo encontraron agonizante y le dispararon a quemarropa.

“Mi hijo estaba vivo cuando lo encontramos, pero no pudo decirnos nada que nos ayude a identificar a las personas que le dispararon. Se dijeron muchas cosas sobre Lucas, hasta comentaron que viajaba periódicamente a Buenos Aires porque tenía problemas con la Policía, pero eso es mentira porque yo lo acompañaba a los controles que debía realizarse por una operación que le hicieron en la columna”, aclaró la mamá de Lucas, indignada. Y agregó: “no nos vamos a callar. Queremos justicia y que los que lo mataron vayan a la cárcel”.

Según señalaron los padres de la víctima, a pesar de que Lucas integraba la barra de Atlético, su crimen no está vinculado con alguna rivalidad entre hinchadas. En su cortejo fúnebre sus amigos de la hinchada organizaron una caravana para acompañarlo.

Fuentes de la investigación informaron que todavía no hay novedades en la causa y que no hay sospechosos identificados.