Jugar con la seriedad con que juegan los niños

Jugar con la seriedad con que juegan los niños

10 Agosto 2014

Infantil

ROMPECABEZAS

DIEGO BIANKI

(Pequeño Editor - Buenos Aires)  

El sol se pone sobre la ciudad y parece derretirla. Todos sus habitantes buscan refugio. Juan lo encuentra en un libro cuya historia debe ser armada a partir de imágenes escalonadas. ¿Y esto? El niño tiene ante sus ojos un texto enraizado en un desafío lúdico. A partir de secuencias ilustradas en un conjunto de cajas de cartón recicladas, el lector debe poner en juego sus facultades de observación, asociación, asimilación, reacción, respuesta, imaginación y además rescatar mensajes tras unir un relato. Es decir debe decidirse a poner en funcionamiento esas hormonas psíquicas de las que habla Ortega y Gasset.

Juan evidentemente asume el desafío. Arma rompecabezas. Se detiene en cada página. En cada dibujo. Dialoga con las secuencias. Le sonríe a una nube. Rompecabezas lo ha cautivado.

En consecuencia, la saludable relación exige respuestas insoslayables desde el campo disciplinar. Empezamos por decir que los méritos del libro en cuestión se centran en tres pilares básicos de los estudios del género: un concepto claro de infancia, la estética de las imágenes y la presencia del lector cómplice: en la resignificación narrativa, en la invitación a reciclar objetos para crear rompecabezas propios o quizás para pensar en que “somos parte de algo más grande”. El arte es un juego que debemos jugar con la seriedad con la que juegan los niños, señaló Stevenson . Borges lo repetía. Rompecabezas responde a esa visión.

(c) LA GACETA

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