Por Alberto Horacio Elsinger
08 Agosto 2014
“Al oro tentador no te sometas/ Cuida el honor de tu sagrado nombre / Y una cobarde acción jamás cometas / He ahí la dignidad del hombre”. Esta cuarteta editada en el periódico “Alborada” de Monteros fue el primer poema, que Luis Alberto “Lucho” Díaz publicó en sus 55 años de existencia terrenal.
Hoy, cuando su ausencia aún se lamenta y su presencia sigue vigente a través de su obra, el poeta del pueblo y principal protagonista cultural de Bella Vista, en el siglo XX, será recordado en la escuela que lleva su nombre, a las 9 de la mañana, a 35 años de su fallecimiento.
Aún más, la Fundación Bella Vista, organizadora del homenaje, está preparando el libro “Vida y versos”, que incluye la biografía del poeta, el comentario de personas que lo conocieron y una selección de sus poesías.
Petición
La entidad que preside el doctor Manuel Roberto Valeros, junto con el licenciado en Psicología Antonio Salazar en calidad de secretario, también le ha solicitado al intendente Luis Espeche que se imponga a la Casa de la Cultura de ese municipio el nombre de quien tiene merecidamente un lugar de privilegio en la historia cultural; no sólo de esa ciudad -que es cabecera del departamento Leales-, sino también de Tucumán.
Lucho Díaz nació el 25 de agosto de 1924, en el ingenio San Pablo. Su padre Alberto Díaz, que era Jefe de Control de Caña en el ingenio de los Nougués, y su madre Rosa Suárez, eran oriundos de Santa María, Catamarca. Cursó en la primaria, en la escuela Luis Federico Nougués de San Pablo. En su niñez también sobresalió como maratonista y cuando cursaba el séptimo grado, comenzó a cantar como solista en la parroquia del ingenio San Pablo.
Joven docente
Díaz concretó sus estudios secundarios en la Escuela Normal Mixta, de la ciudad de Monteros, de la que egresó en 1943 como maestro normal nacional. También participó en esa época de coros vocacionales. Comenzó a ejercer la docencia, a los 20 años.
Asimismo, fue durante la escuela secundaria que se despertó su vocación de poeta. Incluso, él mismo contó en una entrevista, que comenzó a escribir a partir de los 18 años.
El primer trabajo
En 1949, Luis Díaz fue designado oficial de justicia del Juzgado de Paz de Bella Vista. En junio de 1950 contrajo matrimonio con la docente Lidia Angeli y se radicó en esa ciudad de Leales hasta su muerte en 1979. Fueron tres décadas durante las cuales sus versos inundaron la ciudad que ofrendó a esta provincia dos gobernadores: Fernando Pedro Riera y Amado Nicomedes Juri.
El poeta monterizo Manuel Aldonate calificó a Lucho como , “el ángel tutelar de Bella Vista”. También destacó que el objetivo primordial de este poeta era “el hombre, el campesino, el obrero azucarero, el desposeído y a su vez sometido por una injusticia social que socavaba los endebles cimientos donde crecía su familia, su gente por la que luchaba con denuedo y valentía”.
Extraordinaria vigencia
El investigador del Conicet y profesor de teoría literaria y cultural de la UNT, Ricardo J. Kaliman, dice que el trabajo de Lucho Díaz “espera todavía una edición digna de su significación. Sus trabajos literarios (poesías, letras de músicas folclóricas, una otra teatral) han sido publicados muy parcialmente. Tienen sin embargo una extraordinaria vigencia en un ámbito que excede ampliamente los límites de la provincia de Tucumán, alcanzando conocimiento y valoración dentro y fuera del país”.
“Fue -añadió- el poeta de los dramas del trabajador de los ingenios tucumanos que él vivió y compartió en Bella Vista”.
Hoy, cuando su ausencia aún se lamenta y su presencia sigue vigente a través de su obra, el poeta del pueblo y principal protagonista cultural de Bella Vista, en el siglo XX, será recordado en la escuela que lleva su nombre, a las 9 de la mañana, a 35 años de su fallecimiento.
Aún más, la Fundación Bella Vista, organizadora del homenaje, está preparando el libro “Vida y versos”, que incluye la biografía del poeta, el comentario de personas que lo conocieron y una selección de sus poesías.
Petición
La entidad que preside el doctor Manuel Roberto Valeros, junto con el licenciado en Psicología Antonio Salazar en calidad de secretario, también le ha solicitado al intendente Luis Espeche que se imponga a la Casa de la Cultura de ese municipio el nombre de quien tiene merecidamente un lugar de privilegio en la historia cultural; no sólo de esa ciudad -que es cabecera del departamento Leales-, sino también de Tucumán.
Lucho Díaz nació el 25 de agosto de 1924, en el ingenio San Pablo. Su padre Alberto Díaz, que era Jefe de Control de Caña en el ingenio de los Nougués, y su madre Rosa Suárez, eran oriundos de Santa María, Catamarca. Cursó en la primaria, en la escuela Luis Federico Nougués de San Pablo. En su niñez también sobresalió como maratonista y cuando cursaba el séptimo grado, comenzó a cantar como solista en la parroquia del ingenio San Pablo.
Joven docente
Díaz concretó sus estudios secundarios en la Escuela Normal Mixta, de la ciudad de Monteros, de la que egresó en 1943 como maestro normal nacional. También participó en esa época de coros vocacionales. Comenzó a ejercer la docencia, a los 20 años.
Asimismo, fue durante la escuela secundaria que se despertó su vocación de poeta. Incluso, él mismo contó en una entrevista, que comenzó a escribir a partir de los 18 años.
El primer trabajo
En 1949, Luis Díaz fue designado oficial de justicia del Juzgado de Paz de Bella Vista. En junio de 1950 contrajo matrimonio con la docente Lidia Angeli y se radicó en esa ciudad de Leales hasta su muerte en 1979. Fueron tres décadas durante las cuales sus versos inundaron la ciudad que ofrendó a esta provincia dos gobernadores: Fernando Pedro Riera y Amado Nicomedes Juri.
El poeta monterizo Manuel Aldonate calificó a Lucho como , “el ángel tutelar de Bella Vista”. También destacó que el objetivo primordial de este poeta era “el hombre, el campesino, el obrero azucarero, el desposeído y a su vez sometido por una injusticia social que socavaba los endebles cimientos donde crecía su familia, su gente por la que luchaba con denuedo y valentía”.
Extraordinaria vigencia
El investigador del Conicet y profesor de teoría literaria y cultural de la UNT, Ricardo J. Kaliman, dice que el trabajo de Lucho Díaz “espera todavía una edición digna de su significación. Sus trabajos literarios (poesías, letras de músicas folclóricas, una otra teatral) han sido publicados muy parcialmente. Tienen sin embargo una extraordinaria vigencia en un ámbito que excede ampliamente los límites de la provincia de Tucumán, alcanzando conocimiento y valoración dentro y fuera del país”.
“Fue -añadió- el poeta de los dramas del trabajador de los ingenios tucumanos que él vivió y compartió en Bella Vista”.
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