Los cuerpos de bomberos voluntarios de Concepción y Yerba Buena están en crisis

Los cuerpos de bomberos voluntarios de Concepción y Yerba Buena están en crisis

Los jefes admiten que los recursos estatales que reciben son insuficientes. El aporte oficial sólo les alcanza para equipar a un bombero al año

EN ACCIÓN. Durante el simulacro, los bomberos de Concepción rescatan a una de las “víctimas”. EN ACCIÓN. Durante el simulacro, los bomberos de Concepción rescatan a una de las “víctimas”.
28 Julio 2014
La esquina de la plaza principal de Concepción se convirtió en un escenario de película. Las sirenas de las autobombas sonaron varias veces. Hubo tres hechos graves que captaron la atención de los vecinos: primero hubo un accidente automovilístico en el que dos víctimas tuvieron que ser socorridas de entre los hierros retorcidos; después, los bomberos tuvieron que hacer un costoso rescate en altura de personas que habían quedado atrapadas en un edificio, y finalmente un auto se prendió fuego.

Los tres episodios, aunque parecieron demasiado reales, fueron parte de un simulacro que realizaron los Bomberos Voluntarios de Concepción con el objetivo de optimizar la respuesta ante los casos emergencias. El simulacro comenzó con un choque entre dos autos y una moto. Seis “víctimas” resultaron heridas y algunas quedaron atrapadas en los vehículos. Los efectivos tuvieron que trabajar a destajo para sacarlas.

Apenas recuperaron el aliento, los bomberos debieron iniciar tareas de socorrismo en altura. Como Concepción está empezando a tener cada vez más edificios, es necesario estar bien preparados para actuar en estos casos, comentaron los bomberos, quienes tuvieron que elevarse con cuerdas varios pisos para rescatar a las “víctimas”. Finalmente, un Fiat Uno se incendió y los uniformados siguieron al pie de la letra el protocolo ideal para extinguir las llamas.

Análisis
“Este tipo de simulacros nos sirven para ejercitar nuestra coordinación, ver todo el equipamiento que tenemos, si alcanza, y para evaluar cómo aprovechamos al máximo el factor tiempo”, explicó Luis Eduardo Figueroa, a cargo de los Bomberos Voluntarios de Concepción. El cuartel que dirige funciona desde hace 12 años. Ellos se movilizan con recursos que obtienen de los socios, de subsidios de la provincia o del Consejo Nacional de Bomberos. También lo hacen gracias a los voluntarios que donan sus horas y a las rifas que compran los vecinos.

Tienen dos autobombas, una camioneta y una combi. “Es cierto que se incrementó el aporte que recibimos. Pero el aumento de los costos de nuestro equipamiento y el combustible siempre corren con mucha más ventaja. Por ejemplo, equipar completamente a un bombero sale entre $ 40.000 y $ 50.000. En contraste, la Provincia nos da un subsidio anual de $ 80.000”, comparó. Es decir, con ese dinero apenas equipan a un rescatista por año.

Tienen, en promedio, cuatro intervenciones diarias. La gran mayoría son por accidentes de tránsito (en 2013 llegó al 66% del total) aunque también apagan incendios y hasta rescatan gatos de los árboles. Las intervenciones se multiplicaron por cinco en los últimos años. “Cada salida implica un altísimo costo económico. Los apoyos siempre resultan insuficientes”, expresó Figueroa.

Otra cosa que está en crisis es la vocación para ser bombero voluntario. Es algo que implica mucho sacrificio. Cada año, en Concepción se anotan más de 30 personas para ingresar. Pero al poco tiempo quedan en carrera sólo cinco. En total, el cuartel cuenta con 42 bomberos.

El equipo de Bomberos Voluntarios de Yerba Buena, uno de los cuarteles más jóvenes de la provincia, también dio un espectáculo este fin de semana. En la avenida Perón y calle Moreno se instaló un trailer del Consejo Nacional de Federaciones de Bomberos Voluntarios de la Argentina para capacitar a los agentes locales en la extinción de fuegos en el interior de casas o vehículos, a 400°C y en un ambiente repleto de humo.

Voluntariado escaso
“Es cierto que el voluntariado es muy escaso. porque no todo aquel que quiere ser voluntario se hace bombero; hay otras instituciones que también trabajan con voluntariado, como comedores, asociaciones, etcétera. Pero en este caso es más complicado porque se necesita mucha vocación, garra, tiempo y una familia que te apoye”, explicó Hernán Rodríguez Salazar, jefe del cuartel. Según él, para que el cuerpo funcione más o menos bien se necesitan entre $ 20.000 y $ 25.000 mensuales para mantener los equipos y responder a las emergencias. Es una cifra a la que casi nunca llegan y a los subsidios anuales de los gobiernos nacional y provincial los utilizan para hacerse de equipos, que siempre están ligados al precio del dólar.

Falta de recursos, un problema que se repite en todo el país
A lo largo y a lo ancho del país la situación es similar. El mayor ingreso de los cuerpos voluntarios llega de los aportes de los ciudadanos, las rifas, las cuotas societarias. “Son pocos los cuarteles que están mejor organizados y pueden ofrecer servicios extra para generar recursos. Pero lamentablemente lo más común para obtener ingresos son las rifas, los donativos, los estímulos, etcétera”, señaló David Corro. Él conoce bien el tema, porque lo recorre a bordo del trailer de práctica conocido como Centro de Entrenamiento Móvil de Incendios (CEMI).

Por todo esto, además de domadores de fuegos, los bomberos voluntarios son héroes de la economía. Pero para ellos las crisis son parte de la rutina, y cada vez que suena la sirena deben tomar aire y olvidarse de las dificultades. Hernán Rodríguez Salazar, de los bomberos de Yerba Buena lo resume así: “detrás de esto hay un sueño, que es el que justifica todo el esfuerzo”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios