“Sigo teniendo la misma energía de siempre”

“Sigo teniendo la misma energía de siempre”

El actor viene a presentar “Intimidad indecente”, comedia que protagoniza y dirige, y que muestra la vida de una pareja a lo largo de 40 años

PAREJA PROTAGONISTA. André y González personifican a los viejitos de “Intimidad indecente”; “ella es una actriz dúctil, me facilitó todo”, contó él. institutodecultura.com.ar PAREJA PROTAGONISTA. André y González personifican a los viejitos de “Intimidad indecente”; “ella es una actriz dúctil, me facilitó todo”, contó él. institutodecultura.com.ar
27 Julio 2014
Habla rápido Arnaldo André y, al otro lado del teléfono, suena como esos promotores que llaman a la hora de la siesta y en cuyas bocas las palabras se atropellan. Pero no transcurren muchos segundos hasta que el interlocutor percibe que lo que pone velocidad en las frases del actor es el entusiasmo, un entusiasmo sensato que se apodera de él especialmente cuando habla de la comedia con la que hace un año recorre el país y que ahora lo trae a Tucumán, “Intimidad indecente” (obra que también dirige). En ella, André y Marta González interpretan a una pareja que literalmente envejece en el escenario: en sus cuerpos, en sus ropas y, sobre todo, en su actitud, el público advierte el paso de 40 años. Como en la vida, en la obra las décadas no llegan solas, y lo ocurrido en ellas será analizado por los protagonistas en clave de humor, desde el desgaste de la convivencia y las infidelidades, hasta la economía familiar y la relación con hijos y nietos.

- ¿Es una obra con la que puede identificarse cualquier pareja?

- Sí, incluso se identificarán aquellos que no estén en pareja porque los hará recordar a sus padres o abuelos, o pensarán en cómo será su propia experiencia. La puesta habla de la vida de la mano de una pareja que se separa y que nunca más vuelve a juntarse como pareja, pero que suele verse porque tiene hijos y nietos. Así, en 75 minutos, el público ve cómo pasan las décadas, nos ve llegando a los 80 y a los 90 años, y se divierte mucho con estos viejitos. La gente se siente identificada con lo que ellos hablan: el detonante de la separación ya es un tema interesante, que es la falta de pasión en una relación y qué se hace en esos casos cuando hay cariño y toda una vida juntos. El espectador se divierte muchísimo porque una de las cualidades de la autora Lelilah Assumpçáo, una brasileña muy conocida en su país, es que maneja bien el humor. Entonces el público empieza a reírse al minuto que comienza la obra y no para hasta el final, que se emociona, vemos lágrimas en los ojos de algunos. La puesta nos viene dando muchas satisfacciones y ya vamos a cumplir un año de gira, con una exitosa temporada de verano en el teatro Regina de Buenos Aires, al cual volveremos en septiembre. Tanto Marta como yo somos muy felices haciéndola; tenemos en nuestras manos una obra muy eficaz, buena y divertida.



- ¿Es un desafío transformarse en ancianos en el escenario sin ayuda del maquillaje?

- Lo es porque la obra es muy ágil y no tenemos tiempo. Las transiciones son unos apagones de dos o tres segundos, no hay tiempo más que para ponerse alguna cosita para indicar el cambio, pero no podemos maquillarnos ni peinarnos. Lo hacemos con el físico, es un trabajo a fuerza de voz y de actitud, y nos convertimos en unos ancianitos que la gente celebra mucho.

- ¿Por qué elegiste esta obra para volver al teatro después de tres años de ausencia?

- Porque quería hacer una comedia, que es un género que me encanta, pero no una facilista, donde se buscara el humor mediante palabras soeces. Aquí las malas palabras son las que se escuchan en la calle, en cualquier lugar. Me encontré con una pieza que, a través del humor, profundiza y hace pensar. Es completa y tiene una posibilidad de lucimiento para los actores.

- ¿Cómo te sentís en el rol de director?

- Muy bien. Marta es una actriz dúctil, eficaz e inteligente, e hizo que se me facilitara todo. Coincidimos en el criterio con el que debíamos encarar la historia, y lo hacemos con mucha seriedad y afinidad profesional. No acudimos a golpes bajos ni a cuestiones personales.

- ¿Qué te dejó tu incursión como director de cine con “Lectura según Justino”?

- La dirección es lo que más me gusta. Se me dio la oportunidad un poco tarde, aunque nunca es tarde: sigo teniendo las mismas ganas, la misma energía de siempre y me gusta mucho el cine. Dirigir es una pasión, una experiencia hermosa que hace que uno no se quede parado a ver su obra sino que piense qué puede hacer en el futuro. De hecho, ya estoy preparando mi próximo guión. “Lecturas según Justino” es mi primera película como director y está basada en un año de mi vida, pero, más que eso, cuenta cómo se vivía en una época en Paraguay. Ya la estrené en ese país y estoy esperando hacer lo mismo aquí. No depende de mí. El filme está listo, pero el productor debe ponerse al día con los papeles y el dinero. Ojalá haga las cosas bien y podamos estrenarla porque hay actores que aportaron su trabajo profesional, como los protagonistas, Mike Amigorena y Julieta Cardinali. También aparecen muchos actores paraguayos y nos ayudaron varias empresas de ese país, por lo que es necesario que la película se vea en la Argentina.

- ¿Tenés previsto volver a la TV?

- No tengo ningún proyecto. No me convocaron, pero tampoco deseo hacer TV por ahora. Me gusta más el teatro, me llena muchísimo, así como mis proyectos cinematográficos.

- ¿Cómo te llevás con el paso del tiempo, el gran tema de “Intimidad indecente”?

- Me estás escuchando: aún tengo mucha energía.

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