A remar: una aventura acuática muy cerca del centro

A remar: una aventura acuática muy cerca del centro

En El Cadillal se organizan excursiones que permiten conocer rincones del embalse a los que es difícil acceder si no es por agua. Trepada hasta un mirador

¿ES TUCUMÁN? Sí, más precisamente, el espejo de El Cadillal; desde el agua, el paisaje es muy diferente al que se aprecia desde tierra.  foto Gentileza de Jorge Kristal / Norte Expediciones ¿ES TUCUMÁN? Sí, más precisamente, el espejo de El Cadillal; desde el agua, el paisaje es muy diferente al que se aprecia desde tierra. foto Gentileza de Jorge Kristal / Norte Expediciones
26 Julio 2014

A pie no se puede llegar. En auto; menos. Desde el aire no se ve igual. El dibujo de un caracol está pintado sobre una enorme pared formada por rocas. Al atardecer, con la tenue luz del sol, ese enorme muro se asemeja a las ruinas de un edificio antiguo. Se trata de una formación de lava que, con el paso del tiempo y el agua de lluvia, le dieron la forma de un colosal molusco. Los lugareños y los navegantes la bautizaron “Bahía del caracol”. La única manera de llegar a ese sitio recóndito del dique El Cadillal es en canoa. 

La excursión incluye varios tramos de caminata por senderos de selva que rodean al embalse (trekking). Es una muy buena opción para quienes se deciden por el turismo aventura. Entonces, en tiempos de vacaciones, si vas a tener que remarla, lo mejor sería que lo hagas a bordo de una canoa.

Este tipo de escapadas depende del clima, pero se pueden hacer incluso si está nublado y fresco. El único impedimento para pasear en canoas por El Cadillal es la lluvia. Para evitar los vientos de la mañana, Jorge Kristal, un experimentado guía de turismo y aventura, recomienda comenzar la excursión al mediodía. El agua está serena y es el momento ideal para entrar.

No hace falta ser un experto en remos, porque un guía especializado acompaña la excursión. “Con una breve explicación previa pueden entender la técnica”, advierte Kristal.

“Es más divertido si los pasajeros se disponen a hacer ejercicio físico”, agrega el ingeniero que, desde 1994, practica este deporte y es asiduo navegante en las aguas del dique.

Antes de que caiga el sol
Otro punto ideal para detenerse y estirar los brazos para relajarse un poco es la llamada “Bahía de los enamorados”. Como su nombre lo sugiere, es la preferida de las parejas. Antes de que caiga el sol comienzan a llegar en canoas, botes o lanchas. Es la única vía de acceso al parador, donde el silencio es relajante. Aprovechar el sol de la tarde rodeado por una ampulosa vegetación suena tentador para los visitantes.

Mientras los turistas mueven el remo hacia adelante y atrás en giros -pocas veces- sincronizados, algunas aves del lugar se pasean como dueñas de casa. Hay patos silvestres, garzas blancas y, la mayoría, son chumucos que vuelan a ras del agua.

Por los senderos
El paseo puede durar dos horas. El grupo deja las canoas para luego comenzar a trepar el cerro. En los diminutos senderos que sólo conocen los expertos abundan el cactus, la tipa, el palo blanco, la tusca y el algarrobo. Lo más conveniente es vestir ropa cómoda, zapatillas en uso para evitar lesiones en la piel, una gorra, protector solar y repelente de mosquitos (no suele ser indispensable en invierno). Algunos prefieren casco y guantes para evitar los arbustos con espinillos. La trepada, a ritmo cómodo, puede llegar a durar unos 40 minutos. Conduce hasta un mirador que se encuentra ubicado a unos 80 metros de altura.

En el último tramo del recorrido, las canoas avanzan en dirección a la bahía del río Tapia. Kristal asegura que en ese lugar todavía pueden hallarse algunos restos de piezas de vasijas y morteros que fueron usados por las comunidades indígenas.

Asado nocturno
El camino de regreso, a través del agua, rodea las paredes rocosas de piedra caliza mezclada con cuarzo. Con el último hilo de luz solar se organiza una mateada con pan casero al borde del dique. Si los turistas tienen tiempo y la necesidad de regresar no los apura, la excursión no terminará ahí. En las instalaciones del club náutico es posible hacer un asado para la cena con guitarreada incluida. Recién entonces, los aventureros regresarán a su lugar de hospedaje.

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RECOMENDACIONES

MEDIDAS
Las canoas tienen hasta seis metros de largo. Las más usadas son de fibra de vidrio, aunque también hay de madera.

CAPACIDAD
En cada bote pueden ir dos personas sentadas, con las piernas extendidas y se puede agregar un niño.

REMO
Hay uno para cada pasajero. Los más comunes son de madera liviana, pero resistente. También se fabrican de fibra de vidrio.

LAS TARIFAS
Por pasajero, la excursión cuesta $ 275. Ese precio incluye el traslado (ida y vuelta) desde el lugar de alojamiento hasta el embalse y la excursión completa. Por grupos puede haber un descuento. Contactarse al muro de Facebook/Norte Expediciones.

EXPERTO
El guía recorre el trayecto en un kayak, que es más veloz para resolver cualquier contingencia; es especialista en primeros auxilios y socorrismo.

VÍVERES
El instructor lleva alimentos y agua para los pasajeros del circuito. Pero es conveniente llevar frutas poco pesadas.

CHALECO
Para completar las medidas de seguridad, cada navegante debe usar el chaleco salvavidas.

SERVICIOS
Al iniciar las excursiones, el guía explica a los turistas los detalles del itinerario, les provee el equipamiento y disponen de una guardería para autos en el Tucumán Yacht Club.

DE NOCHE
También se organizan paseos en canoas durante las noches. La única condición para concretar este tipo de aventuras es que haya luna llena. La iluminación natural es muy buena y no hay vientos ni brisa.

OTRA VISTA
Quienes prefieren este tipo de excursiones nocturnas duermen en carpas para ver luego el amanecer.


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