Una política integral para combatir la droga

Una política integral para combatir la droga

23 Julio 2014
Al principio, provoca placer, pero luego cuando va entrampando a su víctima hasta el punto que se hace indispensable, se convierte en sinónimo de enfermedad y de destrucción. La droga avanza sin pausa y como los tentáculos del pulpo abraza a nuevos destinatarios, aprovechándose de modas, o de situaciones opresivas que buscan en ella la posibilidad de escapar de la realidad que viven.

En nuestra edición del lunes, tres especialistas en adicciones (un médico, una socióloga y un abogado) opinaron sobre este flagelo, que se va extendiendo cada vez más en la sociedad. El primero de ellos señaló que con los años ha variado el consumo. Aseveró que en la actualidad, la droga funciona como factor de inclusión y de identidad. “Vemos claramente cómo el consumo se ha naturalizado en la sociedad y cómo hoy discutir la legalidad o no de la marihuana está superado por la realidad. Se consume naturalmente en todos los sectores sociales, con diferentes realidades”, dijo y agregó que si bien tiene que haber esfuerzos para combatir el narcotráfico, “tenemos que preparar a nuestros jóvenes que durante mucho tiempo van a tener drogas accesibles en todas las esquinas, en todos los barrios, y hay que prepararlos no sólo para que no lo hagan sino para que el que consuma no se termine haciendo adicto”.

La socióloga citó un informe de la ONU que indica que 114 millones de personas en el mundo consumen marihuana, pero que solamente un 10% es adicta. “Entonces cuando hablamos de consumidores tenemos que ser conscientes de que no es lo mismo ser consumidor que abusar de las drogas. Creo que al no tener clara esa barrera ni la Policía ni el Estado ni las organizaciones políticas, más fácil es la criminalización, la injusticia y la exclusión social. Y en este caso puntual, estos chicos parecen consumidores que están articulados al mundo del trabajo y de la familia. La droga es algo que los identifica pero no los hace adictos”, sostuvo.

El abogado manifestó que “una deuda como política pública son programas de inclusión laboral y de salud. También está pendiente la lucha contra el narcotráfico porque no hay una lucha seria, sino que siempre está la Policía detrás del consumidor. No conozco a ningún gran narcotraficante de Tucumán condenado en los últimos 20 años”, dijo.

Está visto que el consumo de drogas no es un asunto que la Policía pueda resolver y mientras se siga viendo al consumidor como un delincuente y no se combata a los traficantes poderosos, no se avanzará. Deberíamos preguntarnos qué razones llevan a una persona a consumir y a convertirse en un adicto. El año pasado, un médico tucumano, director de la Unidad de Adicciones del Hospital General de Montreal, aconsejó que en lugar de poner más servicios médicos, impulsaría la actividad en los clubes. Practicar deportes es mucho más efectivo. “Hay que rellenar con algo que no sea droga tantos espacios vacíos que tiene la juventud”, afirmó.

Es necesario que haya un amplio debate, en el que participen el organismos gubernamentales, legisladores, expertos, educadores, padres, jóvenes, y que de allí surja una política de Estado integral. “¡Cuántos mercaderes de muerte que siguen la lógica del poder y el dinero a toda costa! La plaga del narcotráfico, que favorece la violencia y siembra dolor y muerte, requiere un acto de valor de toda la sociedad”, dijo en Brasil el papa Francisco.

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