García, ese amigo del alma

Estando en Salta, con la parte dura de la pretemporada recién cocinándose, uno de los integrantes de la delegación avisa: “Diego García es un rayo, puede ser muy desequilibrante”. La presentación en sociedad de “Gurí” no pudo haber sido mejor ayer, entonces. Marcó el único gol del clásico, rompió una racha de 15 años sin victorias de Atlético en La Ciudadela y, como broche de oro, toda su dedicatoria fue en forma de pago mediante un abrazo gigante a su amigo Cristian, “Tacita”, quien perdió a su padre el sábado por la noche.

Basta con mencionar eso para entender lo emocional que fue este duelo por el honor con San Martín. García cumplió sin saberlo lo que en “La Linda” habían anticipado. Fue parte del eje ofensivo del “decano”, aceleró e hizo la diferencia casi siempre a su favor. Y su remate, apurado por la cercanía entre sus ganas de gritar bien fuerte y la humanidad de Diego Pave, no fue de lo mejor, pero sí preciso. Entró la pelota con suspenso al arco. Pero entró.

Ahí fue cuando el extremo desató su pasión y buscó el banderín del córner que mira hacia pasaje Matienzo. Abrió los brazos y elevó su mirada al cielo. Era su momento íntimo y el de “Tacita”. “Fue un partido muy especial para mí”, confirma quien dio un paso adelante en su conquista a los hinchas “decanos”. La última vez que los de 25 y Chile gastaron a su enemigo a domicilio fue gracias al doblete de Mauro Amato y el roscazo de Raúl Saavedra, el 19 de septiembre de 1999, para un 3-2 sin desperdicio por la B Nacional.

El de ayer no fue por los puntos, aunque sí suma en lo anímico a futuro. “Más allá de que no es un partido oficial, para nosotros es importante, no ayuda a agarrar confianza. Hicimos un partido correcto”, opina la figura de este domingo festivo que se fue. Lo positivo dentro de lo chato, según García, fue el dominio que supo imponer Atlético con y sin el balón. “Nos llegaron dos veces en todo el partido, al que le manejamos el ritmo. Cuando aceleramos, creo, pudimos haber aumentado la ventaja”, analiza este hasta ayer desconocido para los simpatizantes “decanos” que ya empezó a escribir su historia celeste y blanca, y con el título de figura en el duelo más intenso de la provincia.