Los arrebatos dejan daños psíquicos y económicos

Los arrebatos dejan daños psíquicos y económicos

Las víctimas, en algunas ocasiones, deben volver a comprar artículos de tecnología, pagar una cirugía y someterse a un tratamiento. Es un delito habitual en los barrios periféricos y las principales víctimas son adolescentes y personas mayores, según la Policía.

20 Julio 2014
Las lesiones, trastornos psicológicos y pérdidas económicas que provoca un arrebato conllevan un oneroso gasto a las víctimas. Los miembros de las fuerzas de seguridad coinciden en que este tipo de delito es el más frecuente y que, debido a su modus operandi, se torna muy difícil de controlar.

Por lo general, los arrebatadores circulan de a dos y en moto para atacar de imprevisto y huir rápido del lugar. Las paradas de colectivos, las calles poco transitadas o cualquier muestra de vulnerabilidad son elementos aprovechados por los asaltantes. El comisario Luis Núñez, jefe de la Dirección General de Investigación Criminal y Delitos Complejos, explicó que este tipo de robos puede ser condenado con una sentencia de hasta 15 años de prisión en caso de que la víctima sufriera algún tipo de lesión.

“El arrebato es un hecho habitual en los barrios periféricos de la capital y las principales víctimas suelen ser ancianos y adolescentes. La mayoría de las veces se comete al voleo, aunque en algunas ocasiones se comprobó que hubo un seguimiento de la víctima”, indicó Núñez.

Las pérdidas que mayormente denuncian las víctimas -según afirmó el comisario- son el robo de documentación, celulares, billeteras y otros elementos que pueden ser transportados en un bolso o mochila, como puede ser el caso de una notebook o de una tablet.

Curarse de una lesión

La doctora Silvia Flores Alzueta, a cargo del departamento de Medicina Legal de la Policía, informó que la mayoría de las lesiones que se producen en un arrebato suelen ser ocasionadas por el arrastre o el forcejeo que sufren las víctimas al ser atacadas por los asaltantes. Una de las lesiones más comunes es conocida como “scalping” y ocurre cuando el agresor agarra del cabello a su víctima y, por el tironeo, le desprende parte del cuero cabelludo, según explicó la especialista.

“Las lesiones por el arrastre o el uso desmedido de la fuerza por parte de los asaltantes suelen provocar fracturas de cadera, brazos y piernas o, como se lo llama comúnmente, la dislocación del hombro”, señaló.

Altos costos

Este tipo de lesiones requieren, en su mayoría, de una intervención quirúrgica para corregir el daño causado. Y esas operaciones pueden costar entre $ 10.000 y $ 60.000 de acuerdo al tipo de lesión y de los cuidados que requiere para un correcto tratamiento y recuperación. Estos valores pueden variar si el paciente tiene una obra social o una ART que cubra la totalidad o parte del tratamiento. Y, quienes no cuentan con alguno de estos beneficios sociales, deben afrontar los gastos de su bolsillo o recurrir a un hospital.

La doctora también aseveró que estas lesiones se producen cuando la víctima se aferra al bolso, la cartera o la mochila que lleva para evitar que se la arrebaten. “Otra lesión que se ve con frecuencia son las excoriaciones o fracturas en los huesos de la cara que se producen cuando las víctimas son tiradas al suelo o arrastradas. Estas lesiones en la piel requieren, en la mayoría de los casos, un tratamiento estético para evitar que quede una marca en el rostro y esto, a su vez, encarece aún más el tratamiento”, concluyó la especialista.

Estadísticas

La Universidad Torcuato Di Tella, en Buenos Aires, comenzó a trabajar en 2006 en la elaboración de una serie de estudios estadísticos en todo el país para medir el número de personas que fueron víctimas de un delito. Esas estadísticas fueron analizadas en el Laboratorio de Investigaciones sobre Crimen, Instituciones y Políticas (LICIP) que se encarga de brindar información pertinente acerca de la inseguridad para trabajar en la implementación de políticas destinadas a contrarrestar este flagelo social.

De este estudio surge un Índice de Victimización Nacional que para mayo de este año indicaba que un 37,1 % de los hogares en Argentina fueron víctimas de algún robo. Esta cifra descendió 0,9 puntos con respecto al mismo mes de 2013. Pero, según este estudio, en el interior del país esa cifra trepa hasta el 40,1 %. Y el dato más alarmante es que en más de la mitad de los delitos que se comenten se utiliza la violencia.

Trastornos psicológicos

La agresividad en un arrebato también puede generar graves trastornos en el comportamiento de las víctimas que, según la psicóloga Paola Gómez Colombres, que trabaja en el departamento de Medicina Legal de la Policía, varían de acuerdo con la personalidad de los damnificados.

“La recuperación depende de la personalidad de quien fue víctima. Hay personas que presentan trastornos somáticos, que pueden ser dolores de cabeza o estómago. Pero además de esos síntomas hay personas que desarrollan sensaciones de miedo y desprotección y un temor a salir a la calle”, explicó. La especialista también señaló que estos episodios de violencia pueden despertar otros problemas en la psiquis de las víctimas que pueden haber estado dormidos hasta esta situación traumática. El costo de un tratamiento terapéutico particular puede ir de los $ 100 a los $ 400 por sesión, aunque en los hospitales se lo brinda de forma gratuita.

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