Los arqueros ya no son gordos

Los arqueros ya no son gordos

El más gordo o el más malo siempre iban al arco y el mejor jugaba adelante. Reglas básicas del fútbol callejero que hoy ya casi no se enseñan. Hoy todo es más “profesional” y proliferan las escuelitas de fútbol. Jugar en la calle es un peligro y sólo pensar en mandar al gordo de arquero nos podría costar una sanción del Inadi. El partido terminaba cuando estaban todos cansados o cuando el dueño de la pelota tenía que irse. La mayoría aprendíamos la ley del off side cuando ya teníamos algunos pelos en la barba. No había árbitros ni entrenadores que armen los equipos. Lo hacían los dos mejores, que nunca podían jugar en el mismo cuadro, haciendo “pan y queso”. Tener la camiseta de un club era un lujo que muy pocos podían permitirse. Y ni soñar con un club extranjero. Hoy las usa todo el mundo, hasta para salir y aunque nunca hayan pateado una pelota. Pero la nostalgia es una musa mentirosa que nos hace creer que todo lo pasado fue mejor, cuando en general es al revés. Hoy al gordo lo mandan a hacer dieta y ejercicio y al patadura le enseñan. El que pega recibe una sanción en vez de admiración y para ser arquero hay que tener buen físico. El que más se entrena más juega y no hacen goles sólo los habilidosos innatos. Y estos cambios se están viendo reflejados en el fútbol profesional de los últimos años y fueron evidentes en el Mundial que pasó. Todo es más parejo, nadie tiene coronita y gana el que más trabaja y es más perseverante. Obvio que quedan espacios para la picardía y la suerte, y pueden definir un partido, pero no alcanzan para un campeonato. Como en todos los órdenes de la vida.

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