Licores caseros

Licores caseros

Una propuesta diferente para estos días que se anuncian fríos y grises. Dos emprendedores que aprendieron a pelearle a la crisis a base de estos manjares te cuentan algunos de los trucos que fueron descubriendo. Hierbas, frutas, especias... las posibilidades sólo tienen tu creatividad como límite

19 Junio 2014

Se instalaron los fríos y se viene un fin de semana largo que, parece, va a ser gris. Pocos lugares mejores para hacer cosas originales que la cocina... ¿no te parece? Nuestras propuesta de hoy es dulce, aunque no apta para menores.

Preparar licores no es complicado, pero tiene sus bemoles. Lo aseguran Marta Mamaní Roberto Díaz, una pareja de emprendedores que frente al golpe de la crisis de 2001 apostaron por la creatividad. 

“Soy muy curioso y me gusta investigar. En esos tiempos una señora me hizo probar su licor de mangos y me dije: ‘si ella puede, ¿por qué yo no?’”, cuenta Roberto con timidez. Más avergonzado aún reconoce que el primero (de banana) salió mal. Pero no bajó los brazos y siguió probando.

Hoy juntos han logrado mucho: desde una amplia variedad de sabores y el diseño de las etiquetas, hasta que su emprendimiento, Licores del Tucumán, haya participado de un montón de exposiciones y haya conseguido varios premios. “Nuestra estrella en Tucumán es el de dulce de leche -cuenta divertida Marta-. Pero cuando fuimos a Buenos Aires arrasó el lemoncello”.

Algunos tips
“El mejor consejo que puedo dar es que se use materia prima de muy buena calidad. Los industriales usan alcohol, esencias y colorantes; por eso a veces resultan más baratos. Pero hay que saber que nunca se hicieron cosas buenas a partir de ingredientes malos”, añade Marta, que -señala su marido- ha logrado darles a los licores de Roberto “un toque femenino”: “son más cremosos, más suaves”, dice él, orgulloso. 

Se puede usar tanto alcohol etílico apto para gastronomía como destilados (aguardientes, ron, whisky). Estos últimos son un poco más caros y tienen un par de grados menos de alcohol, pero aportan su propio sabor y el aroma. 

También destacaron la importancia de respetar los tiempos de maceración y de reposo. Este es el motivo: en un licor recién hecho o que tiene pocos días de filtrado se siente muy acentuado el sabor a alcohol. Cuanto más tiempo los dejes estacionados, más ricos quedarán... y más cristalinos.

“Hay pocas excepciones; una de ellas es el licor de huevo. Aunque el alcohol actúa como conservante, no dura tanto como uno de frutas o de hierbas”, destacó Roberto.

Frutas 
“Además del lemoncello hemos preparado licor de frutilla, de manzana, de naranja, de mandarina y hasta de maracuyá... -contó Marta- La clave es usar fruta fresca y sana de la estación. Por eso, este es el tiempo ideal para aprovechar los cítricos tucumanos. No olvidemos que tenemos los mejores limones... Con este argumento, y gracias a su sabor, los porteños se enamoraron del lemoncello”.

PÓCIMA PARA EL AMOR
Strega, con sabor a hierbas

Cuenta la leyenda que la creadora fue una bruja de la ciudad italiana de Benavente, y que su clienta logró gracias a este licor conquistar al emperador Federico II. Se sabe que la receta original (que sigue siendo un secreto) llevaba más de 70 hierbas. Hoy circulan muchas versiones (aquí te ofrecemos una simplificada), pero en todas es fundamental el azafrán. Colocá en un frasco de boca ancha 1/2 litro de agua mineral, 1/2 kg de azúcar 1/2 litro de alcohol etílico, la cáscara de una naranja (sin la parte blanca) cortada en trocitos, 4 hojas de yerba buena y 4 de salvia, 4 clavos de olor, 4 granos de pimienta negra, y una pizca de azafrán. Tapalo herméticamente y dejalo macerar unos 20 días (agitalo de vez en cuando). Entonces colalo, filtralo y envasalo. ¡Será como oro líquido!

CLÁSICO
Licor de huevo

Poné a hervir 1 litro de leche, 400 g de azúcar y una chaucha de vainilla. Dejá que hierva a fuego bajo hasta que se reduzca a la mitad. En un bol batí 9 yemas hasta que se pongan espumosas. De a poco añadí la leche caliente (sacá la vainilla) y batí enérgicamente. Cuando se integren bien, agregá, revolviendo con cuchara de madera, 100 cc de oporto, 100 de coñac y 100 de gin en ese estricto orden (a medida que añadas las bebidas irá espesando). Colalo, embotellalo y guardalo en la heladera.

DE ESTACIÓN
Licor de mandarinas
Rellená un frasco con 2 litros de capacidad con cáscaras de mandarina (sacales la parte blanca, que es amarga). En el medio poné una mandarina entera previamente pinchada por todas partes con un palito de brochette. Dejale insertados en la cáscara dos o tres clavos de olor. Rellená el frasco con un litro de aguardiente de buena calidad, cerrá el frasco y dejá macerar durante dos meses. Cuando llegue el momento, rescatá las cáscaras del frasco y prepará un almíbar con 1/2 litro de agua y 1/2 kg de azúcar; mientras espesa a fuego lento (unos 15 minutos) añadí las cáscaras, para intensificar el sabor. Dejá enfriar, sacá las cáscaras y mezclalo con aguardiente. Volvé a filtrar todo junto y embotellá. Dejá reposar otras dos semanas y luego mantenelo en la heladera ¡Frío es mucho más rico!

EXÓTICO
De pétalos de rosas

Este licor gourmet es muy sencillo de preparar. Todavía hay rosas en los jardines, por eso te proponemos esta receta, pero en primavera pueden añadirse pétalos de azahar y de jazmín. Tomá un frasco de 1 litro de capacidad (y que puedas cerrar herméticamente) y llenalo con pétalos frescos y bien lavados. Agregá media chaucha de vainilla y 700 cm3 de ron blanco; tapalo y dejá reposar la mezcla un par de semanas en un sitio oscuro y fresco. Colá y agregá unas gotas de agua de rosas (si hiciste la mezcla de flores, también unas gotas de agua de azahar). Con 1/2 litro de agua y 300 g de azúcar rubia prepará un almíbar espeso. Dejá enfriar y añadilo al ron. Se puede consumir inmediatamente, pero si lo dejás reposar el sabor ganará en intensidad.


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