Actividad física + comida casera = peso saludable

Actividad física + comida casera = peso saludable

Sólo cuando los padres se ponen las “pilas”, hay cambios. Si no se puede llevar al chico a hacer deportes igual es válido el gimnasio.

GYM PARA CHICOS. Una alternativa cada vez más necesaria. GYM PARA CHICOS. Una alternativa cada vez más necesaria.
18 Junio 2014
- ¿Un poco de torta, Nacho?

- No, gracias.

“En los cumpleaños me miran un poco raro cuando pido agua, pero no me importa”, confiesa el niño de 10 años en un alto de su rutina física. “Yo pesaba 86 kilos, en el colegio corría muy despacio y todos los chicos me pasaban. Ahora ya no. Me siento bien, no me canso tanto y en las carreras ya no soy el último”, enumera sus progresos. ¿Y abrís la heladera? “Sólo para tomar soda que no engorda, nada más. Al dulce de leche ni lo miro”, dice Nacho satisfecho con los progresos que ha hecho en el gimnasio para niños.

En Tucumán las cifras son preocupantes, aunque en nada diferentes de lo que ocurre en el resto del país. El 35% de los niños está excedido de peso. El 20% tiene sobrepeso y el 15% padece de obesidad. “No es lo mismo: obesidad significa exceso de grasa patológica que puede coincidir con exceso de peso. Por ejemplo un niño que tiene mucho músculo porque es deportista, tiene exceso de peso pero no tiene obesidad. En cambio, un paciente que tiene un peso normal pero su cintura abdominal está  aumentada, es obeso”, aclara doctor Víctor Gallo, jefe del Servicio de Nutrición del Hospital del Niño Jesús.

Sedentarismo y mala alimentación es la fórmula perfecta de la obesidad. “El pediatra tiene que estar atento a los niños sedentarios con exceso de cintura”, advierte el especialista. “El sedentarismo es el hábito más dañino en niños. La alimentación por sobre todo tiene que ser comida casera y consumida en la mesa mirando lo que se come. La comida procesada es muy dañina porque es adictiva, la industria alimentaria la concibe así. Vegetales, frutas, cereales no refinados, carnes (de todo tipo) variada, lácteos descremados en los niños mayores de dos años y huevo (tres a la semana)” es la recomendación del médico nutricionista infantil.

“Si el niño tiene exceso de peso lo mejor es un plan de alimentación adecuado y actividad física, que debe ser divertida para el niño, por eso es tan importante el deporte que él elija. Es importante que disfrute y se divierta”, remarca.

Sin embargo, no todos los chicos tienen oportunidad de realizar deportes. “A mí me gusta el rugby, pero nadie me puede llevar al club, pero el gimnasio igual está bueno”, dice Nacho, al terminar uno de los circuitos que le han preparado: cinco minutos de bicicleta, cinco de abdominales, cinco de camilla elástica y cinco de pelotas para ejercitar todos los grupos musculares.

Más gorditos en las aulas

La observación de la realidad   llevó a dos profesoras de Educación Física amigas a proyectar un emprendimiento. “Las dos trabajamos en escuelas y siempre nos llamaba la atención que cada vez hay más chicos obesos y con sobrepeso. La escuela no puede darles una atención personalizada como ellos necesitan. Generalmente el niño con sobrepeso se queda atrás, no es elegido cuando se arman los seleccionados del colegio, y no pueden seguir la clase. Así surgió un lugar especial para ellos”, dicen María Eugenia Mejías, y María Marta Manca, fundadoras de Kids Gym.

En el gimnasio para niños la rutina se hace a la medida de las necesidades de cada chico. “Tenemos niños asmáticos con sobrepeso. Ellos no pueden hacer gimnasia al aire libre porque transpiran y con el frío se enferman”, explican. Las rutinas tienen ejercicios aeróbico continuo, articular, de elongación, flexibilidad y cardiorespiratorio. Para ello se utilizan bicicleta, cinta y cama elástica (lo más divertido para los chicos).

“También trabajamos mucho con abdominales y fuerza de brazos para lograr una buena postura de la columna vertebral. El chico con sobrepeso tiende a sacar la panza y llevar los hombros hacia adelante, es lo que tratamos de corregir”, dicen.

Los chicos ( de cuatro a 14 años, divididos en grupos etarios)  concurren tres veces a la semana al gimnasio, en sesiones de una hora y media. “Depende mucho del metabolismo de cada chico, pero en general los resultados se ven alrededor del mes. Esto siempre que la actividad vaya acompañada con una alimentación controlada por el nutricionista y buenos hábitos”, explican las docentes. 

“Lo ideal es que toda la familia acompañe al niño en su dieta, de lo contrario los chicos sufren mucho y se convierte en una tortura”, remarca la profesora María Eugenia. “También es bueno fomentar buenos hábitos desde la casa, por ejemplo, que el niño salga a pasear en bicicleta con el papá, que toda la familia tenga una dieta saludable y que se hidrate bien”, agrega.

Unos cuantos kilos de más en los niños equivalen a unos cuántos problemas más: tienen consecuencias psicológicas por la discriminación que puede sufrir en la escuela, motoras, por la dificultad para moverse, cardiológicas por su exceso de peso, metabólicas como la diabetes y el síndrome metabólico y también envejecimiento precoz.

Datos Gordos

Seis de cada diez chicos son sedentarios 

Seis de cada 10 chicos argentinos no hacen ninguna actividad física fuera de la escuela. Es decir que cuando llegan a casa no hacen más que tirar la mochila y ponerse a ver televisión o sentarse frente a la computadora. El dato surge del último informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, de alcance nacional, y de un estudio realizado por el área de Desarrollo Saludable del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. 

Los pobres son los que menos actividad física tienen

El déficit de actividad física es mucho más grande entre los niños y adolescentes más pobres (72%) que entre los más ricos (43%). Para los chicos con necesidades el único estímulo de actividad física es el que les ofrece la escuela, una o dos veces por semana.

Según la OMS la hora de gimnasia escolar no alcanza

La clases semanal de 40 minutos no alcanza para cumplir con las recomendaciones mínimas de la Organización Mundial de la Salud, que apuntan a que los chicos hagan actividades aeróbicas intensas por lo menos tres veces por semana, además de 60 minutos diarios de actividades moderadas como caminar y jugar.

“No hace falta que hagan dieta, con comer sano alcanza”

¿Quiere renegar? Entonces no le haga hacer dieta a su hijo. El doctor Víctor Gallo, jefe del Servicio de Nutrición del Hospital de Niños lo afirma: “¡Hay que olvidarse de las dietas! Lo mejor es comer alimentos preparados en la casa, nada de procesados. Jugos, gaseosas y bebidas industrializadas, fuera de la heladera. En lo posible, acostumbrarse hay que tomar agua, soda y jugos naturales recién exprimidos hasta dos vasos por día”.

También se recomienda que los niños beban dos litros de líquidos diarios, incluida el agua. “Toda la familia debería tener una alimentación sana si quiere ver crecer con salud a sus hijos . Los hábitos que se aprenden antes de los cuatro años no se olvidan”, señala. No es una buena noticia para los chicos: “la leche es buena si es de tu misma especie, por lo tanto es buena hasta los dos años, es decir leche de madre. La OMS aconseja el pecho hasta esa edad. Pero la leche de otra especie no es buena a ninguna edad”, advierte Gallo. “¡Pero a los chicos les encanta la leche chocolatada, doctor! Y además, para muchos es el ‘rito sagrado de la tarde’”. “Entonces que el chocolate sea lo menos procesado posible, que contenga 70% de cacao, y no se consuma más 25 gramos al día”, aconseja.

La pirámide alimentaria depende de la zona, de la etnia, de la familia ... no tiene sentido para el doctor Gallo. Él prefiere las recomendaciones generales: los chicos deben consumir vegetales, cereales y frutas en el mayor porcentaje; derivados animales (carne, lácteos y huevo) en menor medida.

¿Y si los padres del chico fueran obesos? “Los genes pueden heredarse, pero necesitan que los estimulemos. Si a ese niño los alimentamos en forma saludable y sin sedentarismo, los genes no podrán manifestarse”.

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