Ser universitaria, una vivencia que arrancó en la Sarmiento

“Ingresé a la Facultad en 1965, pero mi vida universitaria empezó en la Escuela Sarmiento. Ahí aprendí las bases de la conducta para poder ser después universitaria. Ahí entendí, de modo muy vivencial, nunca impuesto, lo que eran la autodisciplina, el uso razonable de la libertad, el compromiso y el pensar en colectivo; y el fundamentar las ideas”. Así anticipa la arquitecta Olga Paterlini algunas de las ideas que volcará en el ciclo “La Universidad por sí misma”, hoy, a las 19.30, en el Virla. El acto de clausura del ciclo de charlas “La UNT por sí misma” estará presidido por la rectora de la UNT, Alicia Bardón, y también hablará la doctora en Filosofía Cristina Bulacio (miembro de la Comisión Organizadora del ciclo).

En diálogo con LA GACETA, la especialista en patrimonio e historia de la Arquitectura enfatizó cómo su experiencia sarmientina marcó su vida. “Fue un derrotero de experiencias entre nosotros y los profesores, que iban abriendo capítulos nuevos. Esa apertura de fronteras que salían por fuera de la escuela y que se expandían a otros colegios universitarios. Y nos dieron una idea de vanguardia; aunque nunca se habló en esos términos, pero estábamos en escuelas piloto, y estrenamos el nuevo plan”, continuó.

“Esos pilares son los que han animado mi vida en la universidad, esto de abrir las fronteras más allá de lo conocido, la seguridad de saber que con el esfuerzo, la búsqueda y la idea se iba a crear un pequeño nuevo mundo; y que hay que argumentar por qué uno hace lo que hace. Y la experiencia de intercambio en Estados Unidos a través de AFS me permitió comprender la universidad masiva, Esa universidad en la que hoy me tengo que desenvolver; y que esa masividad que parece anómica y poco controlada, en realidad tiene reglas de funcionamiento tácito basadas en las relaciones humanas y en las relaciones entre los grupos, en el respeto muto, y esto promueve una captación de la diversidad”.

¿Cuál es el reto para la UNT, en sus 100 años? “Capitalizar todo esto que silenciosamente se ha hido gestando, armando, orquestando, y darlo a luz, porque son pocos los que conocen cómo se sostiene esta universidad, desde la creatividad y desde la vocación de quiénes la integramos”, reflexiona. “Más allá de la falta de espacio, de las carencias, de las dificultades- concluye- prima la voluntad de superar los escollos, de estar en el mundo y de atender al que nos necesita, y que está al lado nuestro”.