La magia de aquella vieja caja boba

La magia de aquella vieja caja boba

Es difícil hacerles entender a los chicos de hoy que hace 35 años la televisión, sobre todo en Tucumán, nada tenía que ver con lo que ellos disfrutan hoy. Y que quienes podían gozar de ese aparato fantástico, simplemente tenían a su disposición un solo canal y, para peor, no durante todo el día. Que esa varita mágica que se llama control remoto no existía y que, a pesar de todo, era una celebración sentarse a disfrutar de lo que hoy muchos llaman “la caja boba”...

Y en estos momento donde sobre todo en México las noticias que llegan no son demasiado buenas, recordar que hubo un personaje que nos acompañó durante décadas hasta hoy incluso, parece imposible en un momento en que los programas se levantan sólo por algo llamado rating.

Decir Roberto Gómez Bolaños puede significar poco para algunos, pero si aclaramos que se trata del “Chavo del 8” o de “El Chapulín Colorado” ya nadie podrá permanecer indiferente... Y los datos sobre su salud no son las mejores, por lo que se transforma en una noticia triste.

Y quienes aún se emocionan con nombres como “Combate”, “Los invasores”, “El hombre nuclear”, “La mujer biónica”, “MacGyver”, “Brigada A” o, claro, “Margarito Tereré” con la enseñanza del abecedario o “Carlitos Balá”, que hizo que miles de chicos dejaran el chupete.

Podían ser, buenas, regulares o malas. Pero no había otra cosa. Y los viernes, era sagrado “Biógrafo”, con don Rogelio Parolo, quien presentaba “la última película”, esa que todos querían ver aunque ya hubieran pasado años del estreno en otras latitudes...

No había otras oportunidades, no había con qué reemplazarla.... Y sólo quedaba eso, y la calle....

Por eso hoy, donde hoy hay “plays”, notebooks, netbooks, tablet y hasta teléfono para ver televisión, antes había un enorme armatoste que nos devolvía imágenes que alimentaban nuestra imaginación... Y que son inolvidables....

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