La papa semilla del Valle mantiene su calidad

La papa semilla del Valle mantiene su calidad

Los productores de papa semilla de Tafí del Valle se encuentran en la etapa final del proceso de cosecha. que será destinada a la siembra de lotes de otras explotaciones paperas dedicadas al consumo en el bajo tucumano, y en otras localidades productoras del tubérculo para consumo o para industria del país.

La calidad y la sanidad de la papa semilla que se realiza en este lugar, ubicado en la zona de los altos Valles de Tafí y Calchaquíes al Oeste de la provincia, es muy buena y conocida por todos los paperos del país.

Este Valle tiene ventajas agroecológicas, que permitieron producir tubérculos semillas de calidad y sanidad exclusivas, pero siempre fue acompañada por el esfuerzo de destacados técnicos y productores que desde hace más de 45 años que trabajan experimentando y transfiriendo conocimientos, para fortalecer a esta zona como productora de semilla.

Los desarrollos en el cultivo de la papa semilla en Tafí del Valle, proyectado luego a nuevas zonas, constituyeron la primera área diferenciada productora en el país, lo que permitió disminuir y terminar con la importación desde el exterior. En este importante desarrollo dos instituciones cumplieron un importante papel: la Asociación Productores de Papa Semilla (Apase) y la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) de Tucumán.

Entre estas dos instituciones se firmó, años atrás, un convenio con el objetivo de establecer las bases para un trabajo interinstitucional conjunto, para asegurar la continuidad de la gestión de experimentación y transferencia tecnológica de la Subestación Experimental de Tafí del Valle. A este también se sumó la Provincia, para dar aun más fortaleza al convenio y apuntalar el cumplimiento de las normativas establecidas para la producción de papa semilla.

Allá, en el tiempo

Haciendo un poco de historia, en 1968 comenzaron los primeros trabajos agrícolas en altura, que se potenciaron en 1970 con la instalación de un campo para trabajar con esa “papa semilla”. En esos tiempos, la Argentina importaba la papa semilla desde Holanda por valores anuales que rondaban los U$S 30 millones. La llegada del genetista stoniano, doctor Edward Viirsoo -por gestión del ingeniero José Ploper, padre del actual director técnico de la Eeaoc-, no sólo ayudó a investigar, sino que también instruyó sobre las técnicas extensionistas y sobre el ahorro de la energía.

A través de un trabajo continuo e interdisciplinario de la Eeaoc se verificó que las condiciones ambientales de Tafí del Valle eran excelentes para la producción de semilla de alta sanidad, ya que los lotes mantenían un bajo porcentaje de enfermedades de origen viral, como consecuencia de la ausencia de insectos vectores durante el ciclo vegetativo.

La demostración de la capacidad de la región para mantener la sanidad y el vigor de las semillas a través de varias generaciones, sumado a las gestiones políticas y administrativas de la Eeaoc, determinó que Tafí del Valle fuera declarada, allá por 1976, “zona productora de papa fiscalizada” por la Dirección Nacional de Fiscalización Agrícola. Las crecientes necesidades de los programas de experimentación y promoción determinaron la ampliación de la Subestación, que se radicó en 1978 en un predio de 100 hectáreas, donado por la empresa S.A. Compañía Azucarera Justiniano Frías, donde se instaló una infraestructura adecuada.

Todo lo realizado en el transcurso de los años hizo que la semilla de papa de Tafí del Valle sea usada en distintas zonas productoras, que abastecen de papa consumo a la población y de papa industrias para la producción de chip y bastones.

Cuidados

El productor, por suerte, entiende que el esfuerzo de producir semilla debe hacerse todo los años y que debe cumplir lo estipulado por la reglamentación actual, bajo el monitoreo y la supervisión del Instituto Nacional de Semillas (Inase), la Asociación de Productores de Papa Semilla (Apase), la Eeaoc y el Gobierno de Tucumán (Dirección de Agricultura).

Todos deben trabajar con la misma fuerza e interés y seguir cumpliendo ciertos requisitos fundamentales para preservar la zona fitosanitaria.

La rotación de los lotes destinados a producir papa debe ser de tres años (dos de descanso); la siembra de semilla debe realizarse en lo posible con semilla básica y fiscalizada por el Inase y eliminar los lotes con plantas voluntarias, o sea las que vienen de años anteriores, porque pueden ser un foco de infección del resto. Además, se deben seguir implementando todas las labores tendientes a mantener los planteles de semilla dentro de los porcentajes de virus más bajos posibles.

Es de esperar que la zona siga siendo la que lograron realizar los pioneros de esta actividad. Para ello, la labor conjunta de todos los integrantes de esta cadena productiva, pública o privada, debe ser continuada y fortalecida, ratificando los convenios que hoy preservan las ventajas agroecológicas competitivas del valle.

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