“En Yerba Buena falta vocación para pagar la deuda”

“En Yerba Buena veo una falta de vocación para el pago de la deuda”, dice Marcelo Albaca. Durante algún tiempo, este contador y concejal de esa ciudad por el Partido de los Trabajadores- mantuvo una relación cordial con el intendente Daniel Toledo. Pero en los últimos meses, el vínculo se ha vuelto distante.

Sus declaraciones se producen el día después de que LA GACETA difundiera la noticia de que ese distrito es el segundo más comprometido financieramente, detrás de San Miguel de Tucumán, con una deuda para con la Provincia de $ 279 millones.

Albaca preside la comisión de Hacienda del Concejo. “El Pacto Social es una herramienta de financiación voluntaria, a tasa cero. Mediante este acuerdo, la Provincia les da a los municipios los recursos que necesitan para asegurarse el pago de los salarios y para un mínimo de obras públicas. El monto recibido se fija en un convenio bilateral entre los gobiernos provincial y municipal, y no tiene ninguna relación con la categoría del municipio, sino con las necesidades de la planilla salarial y de obras”, argumenta Albaca. A cambio, las municipalidades ceden los recursos coparticipables (nacionales y provinciales) para el pago del crédito.

En la edición del martes, Toledo había declarado, entre otras cosas, que esa intendencia recibe fondos dentro del Pacto Social como si fuese un municipio de primera categoría. Sin embargo, para la ley es una administración de segunda. “Por ende, los ingresos coparticipables se miden como una administración de segunda. El día en que nos den la plata como a un municipio de primera, el nivel de la deuda se achicará”, había dicho.

Albaca, en cambio, opina que hacen falta otras acciones para desendeudarse. “El ciudadano que vive en una casa en un country de Yerba Buena, por ejemplo, paga impuestos más baratos que un habitante de un departamento de un ambiente en la capital”, razona.

- ¿Por qué la deuda ha crecido en los últimos 14 años?

- Primero, porque hay un incumplimiento del Pacto Social del municipio. Segundo, porque la ciudad adolece de políticas fiscales de recuperación y de sustentabilidad financiera. Tercero, porque la administración catastral es deficiente e inexistente, con más de 2.000 padrones que no pagan tributos porque no están relevados. Cuarto, porque unos pocos contribuyentes pagan servicios para otros muchos.