El poder de la palabra
Las palabras pesan. Desde una declaración en la red social Twitter, como las que en ocasiones hace Marianela Mirra para agitar el meloso panal de la farándula; hasta otras mucho más graves, como las que realizó el fiscal Carlos Albaca la semana pasada, cuestionando a distintos actores del caso Lebbos. Como era de esperarse, sus dichos tuvieron un efecto bumerán y más que desligarse de su función en la investigación, reavivó las críticas en su contra. En Política un informe detalla las consecuencias de su desafortunado descargo. Las palabras no dichas también pegan, como las que decidieron callar jugadores y dirigentes de San Martín, que no dieron los nombres de los autores de las agresiones del sábado. Este silencio volvió a poner en primera plana un problema de larga data: la violencia en el fútbol y el poder de sus autores. Las palabras pesan según el valor que se les dé; esperemos que a estas no se las lleve el viento.

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