La agresión contra los jugadores de San Martín

La agresión contra los jugadores de San Martín

22 Abril 2014
La violencia se ha instalado hace tiempo en el fútbol tucumano y se va profundizando hasta el punto que no pasa semana en que se registre algún episodio vandálico. Poco antes de la medianoche del sábado, en Posadas, los jugadores de San Martín sufrieron la agresión de barras bravas, tras el partido que el equipo perdió con la escuadra local.

Según el testimonio de una de las víctimas, el incidente se produjo cuando los jugadores estaban llegando al hotel donde se alojaban. “Nos encontramos con un grupo de hinchas que manifestaron su enojo por la derrota y que nos exigieron otro tipo de comportamiento en la cancha. Después de eso llegaron los empujones. Me caí porque el golpe me agarró desprevenido. No sé ni quién fue, pero dicen que se trata de alguien que trabaja en el club. Yo no lo conozco... por suerte no pasó a mayores, o sea más de que lo que pasó que ya fue grave. Porque para mí fue grave”, relató. A otros jugadores les robaron la ropa.

Los dirigentes de San Martín se solidarizaron con el equipo y anunciaron que iban a solicitar que se les aplique a los vándalos el derecho de admisión, así como denunciar ante la Justicia la agresión y presentar los nombres de los barras bravas que ya fueron identificados.

Para contrarrestar estos episodios de violencia, en otras ocasiones se ha recurrido a prohibirles a estos sujetos el ingreso a las canchas o se ha decidido que un partido se juegue solo con la asistencia de parcialidad local y de ese modo, evitar los enfrentamientos entre los hinchas. Sin embargo, ello no ha impedido que la violencia se genere fuera del estadio como ha sucedido en Posadas con los jugadores “santos”.

Estos episodios que se están volviendo incontrolables son el resultado de un gran negocio que tiene por protagonista a una buena parte de la clase dirigente del fútbol. Los barras bravas no existen por generación espontánea sino porque siempre hay alguien que les da de comer. En contrapartida, hay algunos pocos dirigentes que han decidido tomar el toro por las astas como el presidente del club Independiente, Javier Cantero, y enfrentar a esta lacra. El resultado es que él y su familia han sido amenazados, sin que haya encontrado un respaldo significativo en la Asociación del Fútbol Argentino.

Advertido de la peligrosidad de estos barras, el gobierno de Brasil solicitó un listado con los argentinos sobre quienes pesa el derecho de admisión en los estadios de nuestro país y otro con aquellos hinchas que tengan causas pendientes en la Justicia. La información iba a ser derivada a la policía brasileña. Un funcionario del Ministerio de Seguridad de la Nación dijo que se pidieron datos adicionales a todos los clubes asociados a la AFA, desde la Primera división hasta las categorías de ascenso, pero el aporte de los dirigentes fue casi nulo. 

Si no se corta la cadena que alimenta a los barras bravas que reciben desde entradas -que luego revenden para autofinanciarse y otras prebendas-, si los dirigentes los dejan seguir entrando a los entrenamientos para “apretar” a los jugadores, difícilmente se erradique este problema. Si los dirigentes denuncian penalmente a estos delincuentes y la Justicia actúa con rigor, es posible que se dé un paso adelante. Tal vez sea necesario que los espectadores dejen de ir masivamente a la cancha, hasta tanto no haya acciones contundentes para salvaguardar su seguridad y lograr que el fútbol vuelva a ser un deporte de sano esparcimiento.

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