22 Abril 2014
NUEVO COLOR. El marrón que dominó por 25 años las telas del teatro Alberdi quedará en el olvido: a partir de ahora se usará un rojo intenso. la gaceta / fotos de franco vera
El Teatro Alberdi se remoza para recibir los actos centrales por el centenario de la Universidad Nacional de Tucumán.
Un nuevo color dominará la tapicería de la sala y del escenario: se pasará del marrón que lo caracterizó desde su reapertura en 1989 (los trabajos de recuperación estuvieron a cargo del arquitecto Jorge de Lassaletta) a un rojo intenso con flecos dorados en cortinas y telones, como se usa en las salas de la mayoría de los coliseos de estilo neoclásico italiano del mundo.
Telón, cortinados, butacas y todas las telas (como los brazos de los palcos) están siendo reemplazadas. El grueso del trabajo está a cargo de la empresa que conduce Sergio Plastino, uno de los principales expertos nacionales en la materia, que estuvo trabajando el fin de semana en la parte central junto a su equipo.
El director del teatro, Hugo Gramajo, planteó a LA GACETA que este trabajo es más que un cambio de cara, y que es la inversión más grande que se realiza en el Alberdi desde la colocación del aire acondicionado, hace ya más de una década. “Es saldar una deuda que teníamos con este teatro, que tiene más de 100 años (ver “Una historia...”). Las telas estaban muy deterioradas por tanto uso ininterrumpido y su estado obligaba a que las cambiemos. El costo total será de más de $ 1,2 millón”, explicó.
El funcionario destacó que el cambio rotundo en el color permitirá un mayor contraste con la pintura del teatro, mayormente blanca. La inauguración formal del telón está prevista para la ceremonia del 24 de mayo, aunque ya se lucirá este fin de semana, cuando suba a escena (en dos únicas funciones, sábado y domingo) “El anfitrión”, la versión libre del texto clásico de Plauto que realizó y dirigió Manuel Maccarini, en coproducción con el Alberdi.
“Profesión de artesanos”
Sólo los trabajos de Plastino costaron entre $ 800.000 y $ 900.000, incluyendo una impresión gigante y a todo color del escudo de la UNT con la técnica de sublimado. El nuevo telón pesa 180 kilos, y se usó pana guanabara de 650 gramos por metro cuadrado.
“La mía es una profesión de artesanos. Arranqué en el 73 con mi padre, y me encanta el teatro por dentro; pero cada uno es diferente y todos los trabajos se hacen a medida y según las necesidades de cada espacio. El Alberdi va a quedar espectacular”, aseguró Plastino.
Se definió como un trabajador itinerante. “Nuestra labor se federalizó mucho en estos años y no sé cuál será el futuro, porque un telón bien cuidado dura décadas”, señaló. Sus viajes confirmaron la apreciación ya que estuvo en nueve de los teatros provinciales más importantes del país y el futuro lo llevará a Córdoba, para el auditorio de la Universidad Tecnológica Nacional. En Buenos Aires, intervino en los teatros Colón, Astros, Gran Rex, Maipo, Tabarís y Avenida, entre otros.
Uno de los ejes para preservar la inversión será darle un adecuado mantenimiento. “Una vez por mes se debe bajar el telón y pasarle una aspiradora, porque el polvo y los ácaros son los que pudren la tela. Así, además, podrán mantener vivo el color”, señaló el experto.
El cambio más lento será el de las telas de las 210 butacas de platea, que estará a cargo de una empresa tucumana: se hará por tandas de 50 asientos para permitir que siga la labor normal del Alberdi.
“Estos asientos no son los originales, son de cine. Los de un teatro de este estilo tienen la parte superior de madera redondeada y no son acolchados”, detalló Plastino.
Un nuevo color dominará la tapicería de la sala y del escenario: se pasará del marrón que lo caracterizó desde su reapertura en 1989 (los trabajos de recuperación estuvieron a cargo del arquitecto Jorge de Lassaletta) a un rojo intenso con flecos dorados en cortinas y telones, como se usa en las salas de la mayoría de los coliseos de estilo neoclásico italiano del mundo.
Telón, cortinados, butacas y todas las telas (como los brazos de los palcos) están siendo reemplazadas. El grueso del trabajo está a cargo de la empresa que conduce Sergio Plastino, uno de los principales expertos nacionales en la materia, que estuvo trabajando el fin de semana en la parte central junto a su equipo.
El director del teatro, Hugo Gramajo, planteó a LA GACETA que este trabajo es más que un cambio de cara, y que es la inversión más grande que se realiza en el Alberdi desde la colocación del aire acondicionado, hace ya más de una década. “Es saldar una deuda que teníamos con este teatro, que tiene más de 100 años (ver “Una historia...”). Las telas estaban muy deterioradas por tanto uso ininterrumpido y su estado obligaba a que las cambiemos. El costo total será de más de $ 1,2 millón”, explicó.
El funcionario destacó que el cambio rotundo en el color permitirá un mayor contraste con la pintura del teatro, mayormente blanca. La inauguración formal del telón está prevista para la ceremonia del 24 de mayo, aunque ya se lucirá este fin de semana, cuando suba a escena (en dos únicas funciones, sábado y domingo) “El anfitrión”, la versión libre del texto clásico de Plauto que realizó y dirigió Manuel Maccarini, en coproducción con el Alberdi.
“Profesión de artesanos”
Sólo los trabajos de Plastino costaron entre $ 800.000 y $ 900.000, incluyendo una impresión gigante y a todo color del escudo de la UNT con la técnica de sublimado. El nuevo telón pesa 180 kilos, y se usó pana guanabara de 650 gramos por metro cuadrado.
“La mía es una profesión de artesanos. Arranqué en el 73 con mi padre, y me encanta el teatro por dentro; pero cada uno es diferente y todos los trabajos se hacen a medida y según las necesidades de cada espacio. El Alberdi va a quedar espectacular”, aseguró Plastino.
Se definió como un trabajador itinerante. “Nuestra labor se federalizó mucho en estos años y no sé cuál será el futuro, porque un telón bien cuidado dura décadas”, señaló. Sus viajes confirmaron la apreciación ya que estuvo en nueve de los teatros provinciales más importantes del país y el futuro lo llevará a Córdoba, para el auditorio de la Universidad Tecnológica Nacional. En Buenos Aires, intervino en los teatros Colón, Astros, Gran Rex, Maipo, Tabarís y Avenida, entre otros.
Uno de los ejes para preservar la inversión será darle un adecuado mantenimiento. “Una vez por mes se debe bajar el telón y pasarle una aspiradora, porque el polvo y los ácaros son los que pudren la tela. Así, además, podrán mantener vivo el color”, señaló el experto.
El cambio más lento será el de las telas de las 210 butacas de platea, que estará a cargo de una empresa tucumana: se hará por tandas de 50 asientos para permitir que siga la labor normal del Alberdi.
“Estos asientos no son los originales, son de cine. Los de un teatro de este estilo tienen la parte superior de madera redondeada y no son acolchados”, detalló Plastino.
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