Repartirá los $105.000 a su familia

Desde hace más de 20 años, cuando aparecieron los Números de Oro de LA GACETA, María Isabel Elorriaga guardaba -y lo seguirá haciendo- sus tarjetas y controlaba cada casillero con especial cuidado. Es que muchas veces sólo le faltaba un número para llenar el cartón. Fue lo mismo que le pasó la semana pasada: el martes le quedaba por tachar el número 11. A la madrugada del día siguiente, lo primero que hizo fue abrir el diario -era en lo único que pensaba- y apareció el que necesitaba para llevarse el premio triplicado (dos veces vacante) del entretenimiento de LA GACETA. “¡Viejo... gané el pozo!”, le dijo a su marido. Pero Alberto Neme dudó de que sea cierto -poco acostumbrado a este tipo de noticias- y hasta que se presentaron en el diario para que le confirmaran la buena nueva. Así fue que María Isabel se había ganado los $105.000, que ayer retiró de las oficinas del diario. “Estábamos todos sorprendidos y ansiosos a la vez. Porque de todas formas mi mamá tenía que esperar hasta el jueves para saber si se lo llevaba sola al pozo o lo compartiría. Estábamos nerviosos, hasta que el sábado salió en la tapa del diario, con una foto suya, que anunciaba que se lo había llevado completo”, comentó su hija Graciela. Los saludos comenzaron a llegar en cuentagotas, porque preferían guardarse la noticia hasta que fuera totalmente confirmada. “Sólo algunos conocidos me llamaron para saludar. A esto no se lo espera nadie, ¡imaginate!”, destacó María Isabel.

Lectores de siempre
La flamante ganadora tiene tres hijos (Graciela, José Alberto y Carolina) y dos nietos (Luciano y Franco). Todos ellos son lectores del diario y algunos son socios del Club LA GACETA. Según comentó a nuestro diario, la mujer que está a punto de cumplir 78 años y que lleva 48 de casada, repartirá el premio entre su familia y también desea poder concretar los arreglos que tiene pendiente de hace tiempo en su casa del barrio El Bosque. Entre los más entusiasmados de la familia, estaban los chicos, principalmente Luciano, el nieto mayor.

“Yo quiero una Play Station nueva”, solicitó el pequeño entusiasmado cuando acompañó a su abuela el primer día que tuvo que visitar LA GACETA para mostrar su tarjeta.

“A cada uno de los cartoncitos los guardo con recelo en mi agenda, por ello no dejo a ningún nieto que agarren mis papeles. Es que desde que salió este entretenimiento nunca había ganado nada. Así que fue totalmente inesperado, una sorpresa agradable”, comentó María Isabel.