Un viejo guerrero tucumano

Un viejo guerrero tucumano

Don Hipólito Suárez tenía 106 años en 1899

GLORIOSO VETERANO.El sargento Hipólito Suárez en el retrato que le tomó en 1899 el fotógrafo H. Fritot, de Tucumán, para “Caras y Caretas”. la gaceta / archivo GLORIOSO VETERANO.El sargento Hipólito Suárez en el retrato que le tomó en 1899 el fotógrafo H. Fritot, de Tucumán, para “Caras y Caretas”. la gaceta / archivo
En la localidad tucumana de Valderrama, a comienzos de 1899, el diputado provincial Lisandro Aguilar descubrió a un anciano centenario, reliquia de la guerra de la Independencia y de las luchas civiles. Se llamaba Hipólito Suárez. El periodista José S. Álvarez (“Fray Mocho”) le hizo un reportaje que publicó, con su fotografía, en la revista “Caras y Caretas”, el 2 de febrero de ese año.

En Valderrama, apodaban a Suárez “El descubridor”. Tenía 106 años y vivía en el mismo rancho donde nació. Tenía grado de sargento de los Húsares de Gregorio Aráoz de La Madrid. Y afirmaba que estuvo en todas las acciones libradas entre la batalla de Tucumán de 1812 y la de Pozo de Vargas en 1867. Fue, con el coronel Albornoz, uno de los contados sobrevivientes del desastre de Angaco.

Recordaba a Belgrano, a San Martín, a Lavalle, a Paz, a Dorrego y a todos los oficiales de esa época. Guardaba especial simpatía por La Madrid. En la campaña a sus órdenes, hasta Potosí, contaba que “nos pasamos dos años sin que la patria nos diera ni un cigarrillo y nadie protestó ni echó un pie atrás”. Decía: “Yo nunca he cobrado sueldos, ni la patria se ha acordado de pagármelos; y hasta creo que a pesar de haberla servido 56 años seguiditos, ni figuro en las listas ¡Como para listas y apuntes nos tenían los enemigos!”.

No se hacía ilusiones ya. “Quedará de mí lo mismo que ha quedado de los miles de hombres que penaron y sufrieron para fundar esta patria. ¡Quién se acuerda de tanto pobre que se desnucó bajando un cerro para llevar una orden, o a quien dejaron seco de un lanzazo o de un tiro en un cruce de caminos!”.

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