Se fue con Toledo y la acusaron de tránsfuga

Ella le coqueteó, quizás. Acabaron enamorados. Dicen que él hubiera hecho cualquier cosa por ella. Si hasta le buscó trabajo a sus parientes. Pero hoy, el fruto de esa relación no hace más que causar disputas. El noviazgo entre ella, una chica linda y conocida, y él, un político peronista, reverberó en la última sesión del Concejo Deliberante de Yerba Buena, el miércoles. Luego de que se supiera que el concejal Luciano Villegas, afín al intendente Daniel Toledo, hizo nombrar a la madre y al hermano de Marianela Mirra (de ella se trata) en esa Municipalidad, según su versión, los opositores aprovecharon la confesión para sacar a la luz prácticas del Ejecutivo que -dijeron- son reprochables.

Cuestionaron, por ejemplo, las designaciones de empleados y los intentos por desarticular los bloques contrarios al oficialismo reinante. Desde la vereda contraria, los oficialistas les respondieron que ellos sólo se dedican a trabajar y a mejorar el municipio, y los invitaron a acompañarlos a muchas de esas tareas, en las calles.

Señora transfuga

El edificio donde funciona el Concejo no es grande. Está situado sobre la avenida Solano Vera, una calle popular y comercial de la ciudad. La pieza donde transcurren las sesiones debe medir unos seis metros de ancho por 15 metros de largo. En uno de los extremos se han dispuesto unos escritorios de melamina, en forma circular. Detrás de esos muebles, los representantes de los yerbabuenenses se sientan a debatir. Utilizan esas típicas sillas de oficina, negras y giratorias. El miércoles, hubo una silla que nunca dejó de girar: la de Dora Bianco.

Le dijeron tránsfuga. Le dijeron mentirosa. Le dijeron contradictoria. La compararon con Leonardo Fariña y con Lionel Messi, por lo ficticia y por lo ágil. Le hicieron burlas. La desafiaron. Y durante todo ese tiempo, ella sólo movió su asiento. Lento. Muy lento. Noventa grados hacia la derecha, primero. Noventa grados hacia la izquierda, después. Una y otra vez. Tan despacio que no despeinó ni una capa de su pelo planchado. También pestañeó varias veces. Pero no pronunció una palabra.

Oyó cómo cinco de sus nueve compañeros la criticaban. Y no dijo nada. Sólo movió su butaca. La espalda erguida, la cabeza en alto. Bianco -55 años, ingeniera y catequista- obtuvo en esa asamblea la licencia que le había solicitado a sus pares, para convertirse en jefa de Gabinete de Toledo.

Los reproches se debieron, justamente, a su decisión de alejarse del cargo, como opositora, para asumir como funcionaria. Javier Jantus -abogado, oriundo del partido de Tigre, en Buenos Aires- fue el detractor que más se explayó. Razones no le faltaron, al parecer, puesto que ella fue su compañera de banca por el partido vecinal Por Yerba Buena. Bianco obtuvo su asiento a mediados de 2012, cuando destituyeron a Pablo Berarducci y entró en su reemplazo.

- Aquí no se puede trabajar. Este Concejo es una vergüenza. En estos dos años, el Ejecutivo se ha dedicado a ponernos torniquetes. Eso podría hacer que yo comprenda su decisión. Pero no. No la entiendo. Y no la comparto. Fue elegida para controlar al poder del que va a ser parte- dijo Jantus.

Luego, el concejal de acento porteño recordó que, cuando asumieron en 2011, los ediles contaban con siete colaboradores. Pero el intendente, argumentando razones de austeridad, los dejó con dos. (”Ahora resulta que, con este tema de público conocimiento, nos enteramos que a los oficialistas les dieron más contratos” -acotó, en referencia a lo de Mirra). Contó también que el dinero para atender los gastos de su bloque político se le ha entregado de modo mezquino. (”Estos montos no significan ninguna irregularidad, ya que están previstos en las normas. Pero recibí $ 100, en dos oportunidades, y nada más”-se quejó). Finalmente dijo que, con esos ejemplos y con el pase de Bianco, queda en claro la “absoluta injerencia” del Ejecutivo en el Concejo.

En seguida, Mariano Campero obtuvo la palabra. El radical llegó pasadas las 21, aunque la sesión había sido convocada para las 20, y empezó a las 20.30. Durante esa hora, participó de una caminata en reclamo de seguridad, junto con un centenar de vecinos, frente a la residencia oficial de la Provincia en Yerba Buena (Martín Fierro al 400), que hoy habitan el gobernador José Alperovich y su familia. Ya en la sala, Campero sostuvo que la actitud de Bianco es un daño a la democracia.

- Le hago el pedido de que, cuando asuma, su primer acto en la jefatura de Gabinete sea entregar y hacer público el listado del personal municipal- manifestó, y soltó el aparato amplificador sobre la mesa.

Los ediles sentados alrededor enderezaron sus espaldas. Inspiraron profundo. Y por unos segundos, unos silenciosos segundos, todas las miradas se dirigieron hacia Bianco. Ella seguía ahí: girando. Hacia uno y otro lado.

Desde el viernes 4 de abril, el presidente del cuerpo, el toledista Antonio Caferro, tiene una nota presentada por Campero, por Jantus y por el macrista Pedro Albornoz Piossek. En el texto, le solicitan al intendente que divulgue la nómina completa de la planta de la Municipalidad. Los opositores fundamentan su pedido en las declaraciones de Villegas, respecto de los nombramientos de los familiares de Mirra.

Según su testimonio, las designaciones se produjeron luego de un noviazgo que mantuvo con la ex ganadora de Gran Hermano, en marzo de 2012. Explicó que, por aquel entonces, Toledo les habilitó a los oficialistas un cupo de nueve colaboradores más, en la Municipalidad. Dentro de esos nombramientos, contrataron a los familiares de Marianela.

Finalmente, hablaron Antonio Pisano y Marcelo Albaca -del Partido de los Trabajadores- quiénes también cuestionaron a Bianco, al igual que el concejal macrista Pedro Albornoz Piossek, un rato antes. Pese a las objeciones, pasadas las 23 se aprobó el pedido de licencia con los votos positivos de Caferro, Villegas, Rolando Canseco y Enrique Casanova -del toledismo- y Albornoz Piossek. Jantus y Campero se pronunciaron en contra; Albaca y Pisano se abstuvieron.

La sesión había sido convocada el martes. Al tratarse de una reunión especial, los ediles sólo pudieron debatir sobre los 20 expedientes que se incluyeron en el orden del día. Estos fueron, entre otros, un proyecto enviado por la Municipalidad para regular el procedimiento de la colocación de los trabarruedas a los vehículos y la copia del decreto por el cual Toledo aprobó una suba de la tarifa de los taxis, que fue puesta a referendo. Se deliberó, además, un proyecto de resolución para gestionar la municipalización del servicio de aguas y cloacas. La propuesta fue defendida por su autor, Villegas, y observada por los ediles antagonistas. Los tres dictámenes obtuvieron el visto bueno.

En medio de las discusiones, los concejales Canseco y Casanova demostraron ser hombres de pocas palabras, a juzgar por lo que se vio. El primero intervino para efectuar unas correcciones en un dictamen, y al segundo casi no se le escuchó la voz. Villegas y Caferro, en cambio, oficiaron de voceros del oficialismo. En reiteradas ocasiones, invitaron al macrista y al radical a recorrer la ciudad y a trabajar por los vecinos, en vez de criticar, les dijeron.

Se espera que Toledo le tome juramento a Bianco la semana que viene. Su lugar en el Concejo será ocupado por Mateo Bauzá, el candidato que le sigue en la lista partidaria. Mientras, la silla ha dejado de girar.