El ex imputado Walter Lasi se negó a declarar

Walter Orlando Lasi entró nervioso a la sala de juicio. El presidente del tribunal, Ángel Longarte, le explicó que la Constitución de Salta le daba la facultad de no declarar en el juicio, ya que su hijo es uno de los principales imputados. “¿Qué va a hacer?”, le preguntó el juez. “Me opongo a no declarar” (sic), respondió el testigo.

Todos los que estaban en el lugar se miraron entre sí, tratando de entender lo que había dicho. “Disculpeme, pero no entiendo su respuesta”, insistió Longarte. “Me opongo a no declarar”, repitió Walter Lasi. “Su respuesta tiene una contradicción. ¿Lo que usted quiere decir es que no va a declarar?”, trató de aclarar el juez. “No voy a declarar”, dijo el padre de Gustavo Lasi, y se retiró del juicio oral en el que había sido mencionado en las últimas semanas por su sospechosa participación en la búsqueda de los cuerpos de las turistas francesas Cassandre Bouvier y Houria Moumni, asesinadas en la Quebrada de San Lorenzo en julio de 2011.

El nombre de Walter Lasi aparece a lo largo del expediente que llevó adelante el entonces juez de Instrucción Martín Pérez. Estuvo imputado por encubrimiento, al participar de la maniobra para ocultar el arma homicida. Pero fue sobreseído ya que el Código Penal exime de este delito a los parientes directos de los presuntos autores.

El arma

Gustavo Lasi está acusado por el abuso sexual, homicidio y robo de las turistas francesas. El arma con la que mataron a Cassandre Bouvier fue una carabina calibre 22 que pertenecía a su padre, Walter Lasi. Este, luego de que los cuerpos fueran hallados, le entregó el arma a Darío “Pajarito” Ramos, quien a su vez se la dio a Enrique Lasi (hermano de Walter). Finalmente la carabina le fue entregada a Eduardo Sandoval, quien la escondió en la casa de su patrón en el barrio “Buena Vista”, en San Lorenzo.

Walter y Enrique Lasi fueron beneficiados por el eximente del Código Penal, pero Ramos y Sandoval enfrentan el juicio oral por el encubrimiento del crimen.

En la Quebrada

Pero las sospechas sobre Walter Lasi volvieron durante el debate oral, ya que el hombre trabajaba para “Puma Expeditions”, la empresa que administraba el paseo de la Quebrada. El 15 de julio de 2011, cuando las francesas ingresaron al lugar, Walter Lasi se había retirado alrededor de las 18, supuestamente porque debía realizar unos trámites. Los días siguientes, dijeron sus compañeros de trabajo, se lo había notado nervioso y en un par de oportunidades se había ausentado del lugar. Su madre vive en las cercanías de la Quebrada, caminando por un sendero contrario al circuito turístico. Gustavo Lasi dijo que por ese lugar llegaron al “Mirador” junto a Santos Clemente Vera y Daniel Vilte Laxi, el día que atacaron a las turistas.

Los cuerpos fueron hallados el 29 de julio de 2011. Walter Lasi estaba trabajando y acompañó a la comisión policial que rastrilló la zona, guiándolos. “Trataba de confundirnos, y quería que bajemos cuando no encontrábamos nada. Para mí que sabía dónde estaban los cadáveres”, declaró el oficial Tiburcio Arias, policía de la comisaría de San Lorenzo.

El sobreseimiento de Walter Lasi había sido impugnado por el fiscal de Instrucción Eduardo Barrionuevo. La sala III de la Cámara de Acusación hizo lugar al planteo y ordenó que se compruebe si el padre de Gustavo Lasi participó o no del crimen. Esa investigación no arrojó novedades. Incluso, el genetista Daniel Corach informó que no había en ninguna de las muestras de semen encontradas en las víctimas, un perfil autonómico que identificara a Walter Lasi.

También se realizaron entrecruzamientos de llamados entre el sospechoso y los imputados. Walter Lasi no se comunicó nunca con los teléfonos de Vera y Vilte Laxi, en tanto que con su hijo no lo hizo en el horario en el que habría ocurrido el crimen. Una de las hipótesis del fiscal Barrionuevo era que el padre de Gustavo Lasi le había avisado a los homicidas que dos chicas habían ingresado a la Quebrada, para que les robaran. Esa hipótesis no pudo ser corroborada.

Así, Walter Lasi quedó desvinculado de la causa. Si sabe algo más o tuvo alguna otra participación en las muertes de las francesas, pareciera ser que será algo que se llevará a su tumba.

Ayer cerró la última puerta que le quedaba en este caso para contar su verdad.