Hannah Arendt o la acción como nacimiento y como ajenidad

Hannah Arendt o la acción como nacimiento y como ajenidad

Un recorrido por la vida y obra de la autora de la tesis sobre la banalidad del mal

GENIO FEMENINO. La avasallante personalidad de Arendt escandalizó en su crónica del juicio a Eichmann. Allí acuñó su tesis sobre la banalidad del mal. GENIO FEMENINO. La avasallante personalidad de Arendt escandalizó en su crónica del juicio a Eichmann. Allí acuñó su tesis sobre la banalidad del mal.
13 Abril 2014

ENSAYO

EL GENIO FEMENINO

JULIA KRISTEVA

(Paidós - Buenos Aires) 

Hannah Arendt escribe en una carta que ciertas personas, en su propia vida están a tal punto “expuestas” que aparecen como la vida misma. Curiosamente -señala Kristeva-, ella, que detestaba la celebridad, no cesa de celebrar el aparecer y el espectáculo. 

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La figura de Arendt, teórica, política y filósofa, se ha convertido en un referente forzoso de una forma de hacer filosofía. Su fascinante historia llevada al cine por Margarethe Von Trotta, reaparece en esta reedición de las biografías de Julia Kristeva dedicadas al genio femenino. Su personalidad avasallante escandalizó en su crónica del juicio a Eichmann, cuando acuñó la tesis acerca de la banalidad del mal. Este libro nos permite recorrer pensamiento y vida. El propósito es rastrear “la génesis de su investigación, el retrato de la mujer pensadora, cuyos aportes políticos han sido ya elogiados o criticados por otros”.

Su formación

Hannah Arendt nació a comienzos del siglo XX y le tocó vivir su condición judía en una Alemania efervescente y contradictoria, donde convivieron la alta cultura y la Shoah. Amante de la filosofía alemana, Arendt tuvo que conciliarla con su condición de judía.

Se enamoró de Martin Heidegger convertido en interlocutor y antagonista de su obra. Reemplaza la soledad de ese “ser arrojado”, el dassein, por el “aparecer” en rasgos riesgosos pero indispensables con los otros, poniendo el acento en el ser en el nacimiento, en “el milagro de la vida” más que un ser para la muerte. Su formación teológica, en particular sus estudios sobre San Agustín, marcan una obra caracterizada por su condición transdisciplinaria y su interés por la política.

Pluralidad y totalitarismos

La biografía está dividida en tres grandes apartados:

1) La vida es un relato

2) la humanidad superflua

3) Pensar, querer, juzgar

La primera contiene la tesis sobre la biografía que Arendt acuñó en su libro sobre una judía de la ilustración alemana. Rahel Varnhagen. La vida de una judía, un espejo de la suya, resalta la importancia de la narración y la condición femenina, explorando la cuestión de lo judío. Asumiendo su propia experiencia, acuña las figuras de la paria y la refugiada. Arendt piensa desde esa negatividad y la convierte en afirmación de la pluralidad, la natalidad, la acción, etcétera.

En sus lecturas del autoritarismo a partir de lo que considera los dos totalitarismos modernos: el nazismo y el estalinismo, habla del mal radical: “Se puede decir que el mal radical apareció vinculado a un sistema en el que todos los hombres se han vuelto igualmente superfluos”. Arentd valoraba las revoluciones, esa vivaz “utopía del pueblo”, pero criticaba su pronto ahogo por la burocracia. Se enfrentó a las izquierdas del siglo XX, y fue acusada de reaccionaria. En La condición humana defiende la vida, la singularidad frente al consumismo y la técnica.

El genio femenino es el nombre que Julia Kristeva ha dado a este proyecto sobre tres cuestiones centrales de la humanidad -la vida, la locura y las palabras-. Cuestiones que encuentra ejemplarmente representadas por Arendt, Melanie Klein y Colette, respectivamente.

Este primer tomo cumple cabalmente su cometido.

© LA GACETA

Carmen Perilli

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