Ese interminable juego de la brevedad

MICRORRELATOS

LA TORRE DE PAPEL

JULIO RICARDO ESTEFAN

(La aguja de Buffon ediciones – Tucumán) 

Cuando el microrrelato (practicado desde siempre, pero sin un nombre que lo identificara) comienza a tomar auge a mediados de los años 50, muy pocos imaginaban que pudiese llegar a este punto de difusión y de total aceptación por parte de los lectores. Es que este género, como fiel producto de los tiempos veloces que vivimos, refleja a la perfección la rapidez de nuestro discurso de hoy. Ampliamente aceptado en todo el mundo, pero por sobre todo en los países hispanoamericanos, es en Tucumán donde tiene un desarrollo verdaderamente notable. Gran cantidad de títulos y de antologías lo confirma.

Este libro hace gala de muchos de los condimentos que componen la ficción mínima: brevedad, sorpresa, exactitud en las palabras elegidas, humor, profundidad, intertextualidad y un dominio excepcional para lo lúdico. Y es a través del juego, precisamente, que el autor también nos entrega un plus: la reproducción de una serie de barajas en las páginas pares, en un crescendo que algo quiere decir aunque no esté expresado. Lo tendrá que resolver el lector.

Los 50 microrrelatos que componen este libro pueden entenderse también como un manual que enseña a encarar el género en forma amena y sin repetirse. Quisiera reproducir uno, como botón de muestra. “Bien afilada: La chismosa acudió al médico para un examen de rutina. El doctor la auscultó, le pidió que tosiera y que sacara la lengua. Cuando lo hizo, la cabeza del facultativo rodó por el suelo, limpiamente decapitada.”

Quiero destacar que cada texto propone alguna lectura diferente de la que pudimos haber hecho, invitándonos a repasarlo con minuciosidad.

La torre de papel es el cuarto título de microrrelatos de Julio Ricardo Estefan. O sea que estamos ante un verdadero especialista, alguien para quien este brevísimo género ya no tiene secretos; aunque él sí tenga todavía muchos secretos para irnos develando en próximas publicaciones.

© LA GACETA

Rogelio Ramos Signes