Un nuevo papelón catamarqueño

“Nos llamaron por teléfono para avisarnos que teníamos que viajar para participar de una rueda de reconocimiento, pero hasta que no tengamos una comunicación oficial de la Justicia, no iremos”, advierte Sebastián Barrionuevo, el árbitro que junto a Facundo Nanterne Giacchino y a Leila Argañaraz fue amenazado de muerte y sufrió un intento de soborno el domingo en Catamarca, antes de que dirigieran el encuentro entre San Martín de El Bañado y Américo Tesorieri.

El supuesto pedido de la Justicia catamarqueña -hasta el momento no llegó ninguna notificación oficial- tiene una razón de ser. El miércoles, Fabián “Cachete” Avellaneda, el hombre que fue acusado por la terna arbitral de haberlos llevado en un vehículo a un pasaje donde fueron amenazados y de entregarles un sobre con dinero, se presentó ante las autoridades para negar su participación en el hecho.

Según publicó el diario “La Unión”, Avellaneda negó su participación en el hecho y aseguró que él fue contratado por la Liga Chacarera para trasladar hasta el estadio a los árbitros tucumanos. También dijo que es un colaborador de San Martín de El Bañado, club cuyos hinchas son sospechosos de haber cometido el ataque.

La versión de “Cachete” es radicalmente opuesta a la que realizó la Liga Chacarera en la nota que presentó en el Consejo Federal, desligando responsabilidades de lo ocurrido y pidiendo que se reprograme el encuentro.

Los directivos de la entidad dijeron que iniciarán una demanda legal contra Avellaneda por haberse hecho pasar por su representante, pero hasta el momento no anunciaron si es que tomarán alguna medida contra el club por la salvaje agresión.